No sé por qué, pero cada vez más el enfáticamente
anunciado fin de la crisis en España -que no para los españoles- por
el señor ministro de Hacienda, me recuerda aquél misión cumplida de
George W. Bush a bordo del portaviones Abraham Lincoln, en Mayo de 2003,
declarando oficialmente finalizada la guerra de Iraq. Será por la
similitud de ambos confundiendo deseos y realidad... o puede que sea por
las palabras de Arturo Fernández, vicepresidente de la CEOE -sí, el mismo que pagó a sus empleados en negro y se fué una temporada a reflexionar sobre ello-, que al ascender al señor Montoro a
comandante de "ese gran portaaviones que es España", en mi cerebro se han
enlazado de forma automática las sinapsis correspondientes a la palabra portaaviones. Y el señor Fernández sabe de lo que habla, que tuvo un yate de 24 metros.
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