El consejero de Salud de la Generalitat catalana, Boi Ruiz, aseguraba en Enero de este año que no se planteaba reducir las prestaciones del sistema sanitario público, y lo explicaba: "las medidas estructurales y organizativas que proponemos paliarán la situación y permitirán mantener servicios y calidad".
Bien, ya hemos pasado la elecciones del 20-N, que han supuesto un éxito para CiU, de cuyo gobierno este consejero forma parte, y ahora el señor Boi Ruiz opina que "la salud es un bien privado que depende de uno mismo, y no del Estado" y, por si no lo habíamos entendido, que "vivir peor no quiere decir vivir mal". Remata sus premisas con la conclusión de que hay que reformar el sistema sanitario público español, y que, a partir de un determinado nivel de renta, cada uno debería contratar una póliza de salud, quedando la sanidad pública solo para pobres. O sea, pasar de un modelo de sanidad pública universal y gratuita, cuya excelencia es internacionalmente reconocida, a otra cosa que, evidentemente, supondrá "vivir peor" para la mayoría.
La ministra de Sanidad en funciones, con una candidez que solo puede achacarse a su juventud, ha solicitado del PP que “no consienta que las ideas de Boi Ruiz orienten al nuevo ejecutivo para evitar así quebrar la sanidad pública española". Como si en el PP no estuvieran ya suficientemente orientados hace tiempo.
Bien, ya hemos pasado la elecciones del 20-N, que han supuesto un éxito para CiU, de cuyo gobierno este consejero forma parte, y ahora el señor Boi Ruiz opina que "la salud es un bien privado que depende de uno mismo, y no del Estado" y, por si no lo habíamos entendido, que "vivir peor no quiere decir vivir mal". Remata sus premisas con la conclusión de que hay que reformar el sistema sanitario público español, y que, a partir de un determinado nivel de renta, cada uno debería contratar una póliza de salud, quedando la sanidad pública solo para pobres. O sea, pasar de un modelo de sanidad pública universal y gratuita, cuya excelencia es internacionalmente reconocida, a otra cosa que, evidentemente, supondrá "vivir peor" para la mayoría.
La ministra de Sanidad en funciones, con una candidez que solo puede achacarse a su juventud, ha solicitado del PP que “no consienta que las ideas de Boi Ruiz orienten al nuevo ejecutivo para evitar así quebrar la sanidad pública española". Como si en el PP no estuvieran ya suficientemente orientados hace tiempo.
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