martes, 24 de mayo de 2022

Comunicando (2)

Tengo por seguro que la mejor prueba de la existencia de mundos paralelos puede encontrarse en los comunicados de la Casa Real. Si ya comenté en su día el comunicado emitido a raíz de la salida de España del rey emérito (que va a ser palabra que acabe significando todo lo contrario a su sentido inicial) hace casi dos años, podemos ahora intentar el análisis del comunicado más reciente, el del pasado 23 de Mayo (*).

Éste era mi propósito, pero una vez leído y releído el comunicado, una vez en conocimiento de que en la Casa Real hablan y comen ampliamente y familiarmente -cumpliendo, eso sí, las normativas de seguridad y de ventilación anti-pandemia preceptivas- he llegado a la conclusión de que puesto que decir, decir, el comunicado no dice nada, lo más importante debe ser lo que no dice; así como los diez mandamientos de la iglesia católica pueden resumirse en dos, lo que no dice -pero se sobreentiende del comunicado- puede resumirse en una conclusión: el rey emérito ha hecho, hace y hará lo que le parezca, o sea, se amará a sí mismo sobre todas las cosas; nada de me he equivocado y no volverá a ocurrir: los reyes -como Dios- no se equivocan y tienen derechos universales; aquello que dijo hace diez años, lo dijo por bienquedar, que todo hay que explicarlo.

Bueno, al menos es de agradecer que la labor de analizar los comunicados de la Casa Real se vaya agilizando y sea tan llevadera. Espero impaciente el próximo discurso de Navidad de Felipe VI: tiene difícil superar el buenismo a base de ejercicios de nadismo.

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CASA  DE   S.M.  EL REY
 

COMUNICADO DE LA CASA DE S.M. EL REY

 
Como se indicó en el comunicado que hizo público la Casa de S.M. el Rey el pasado día 18 de mayo, S.M. el Rey don Juan Carlos ha estado en el día de hoy con su familia en el Palacio de la Zarzuela.
S.M. el Rey y don Juan Carlos han mantenido un tiempo amplio de conversación sobre cuestiones familiares así como sobre distintos acontecimientos y sus consecuencias en la sociedad española desde que el padre del Rey decidió trasladarse a Abu Dabi el 3 de agosto del año 2020.
A continuación, ha tenido lugar un almuerzo familiar al que han acudido los Reyes, la Infanta doña Sofía, los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía, así como la Infanta doña Elena y sus hijos, y la Infanta doña Margarita y don Carlos Zurita. Doña Sofía no ha podido compartir el almuerzo al haber dado positivo por Covid a su regreso de Miami, aunque ha permanecido con el resto de la familia en el salón del almuerzo provista de la preceptiva mascarilla y las medidas de ventilación correspondientes.
A última hora de la tarde, don Juan Carlos ha emprendido viaje de regreso a Abu Dabi. Como se hizo público, en su carta a S.M. el Rey del pasado 5 de marzo, don Juan Carlos manifestó en primer lugar, su voluntad de establecer su lugar de residencia de forma permanente y estable en Abu Dabi por razones personales; y en segundo lugar, su decisión de organizar su vida personal y su lugar de residencia en ámbitos de carácter privado, tanto en sus visitas como si en el futuro volviera a residir en España, para continuar disfrutando de la mayor privacidad posible.
Todo ello, junto con los demás extremos que figuran en dicha carta, constituye el marco de referencia de las actividades de S.M. el Rey don JuanCarlos.

 
Palacio de La Zarzuela, 23 de mayo de 2022

jueves, 19 de mayo de 2022

Líderes

Líder es palabra que en nuestro idioma ha sido importada del inglés: parece que aquí carecíamos de una que implicara tal concepto, como führer en alemán o duce -derivada del latín dux-, en italiano y eso que recuperamos caudillo, que fungió como tal por un tiempo;  y mira que aquí nos gusta el poder -más que a un tonto una gorra- pero siempre, parece, de validos, como sustitutos del poder real -en el doble sentido de la palabra- aunque es cierto que, volviendo a Franco, -dime de lo que presumes y te diré de lo que careces- nunca nadie se atrevió a tanto: Caudillo de España por la Gracia de Dios: como un rey, pero por su santa -nunca mejor dicho- voluntad.

Lo cierto es que los líderes de hoy son de chiste y nos podríamos reír un rato si las consecuencias no fueran tan graves y directas sobre nuestra vida diaria; una mera enunciación y recuento al azar nos muestra el nivel de liderazgo político reciente y actual en España (González, Aznar, Rajoy, Casado, Feijoo, Sánchez, Rivera, Ayuso...) e internacionalmente (Bush (junior), Berlusconi, Trump, Putin, Johnson, Sarkozy, Biden, Bolsonaro, Zelenski...); están seguramente desordenados en el tiempo y me he limitado a unos pocos en cada caso (no son listas exhaustivas, desde luego) pero creo que bastan para comprender porqué -cada vez más- es evidente que los líderes lo son sólo aparentemente; quiero decir que realmente son títeres con el papel de líder que les asigna el verdadero poder: el poder socioeconómico que nunca vemos y que, últimamente, ni se molesta en elegir líderes que den el pego durante algún tiempo a alguien (según aquella frase -también de múltiples padres- que afirma que se puede engañar a todo el mundo  por un tiempo y a algunos siempre, pero es imposible engañar a todos todo el tiempo; el entontecimiento de la opinión pública ha sido tan concienzudo que creo que también lo último es posible; no hay más que ver como se trata en RTVE -la televisión pública- el asunto del regreso a España del rey emérito. Y que continúe portando el título de emérito ya es todo un síntoma de falta de liderazgo).

Si parece razonable que la prueba de que una sociedad es realmente democrática y avanzada es que pueda prescindir de los líderes -mesiánicos, sobre todo- a la inversa también podemos concluir -recordando la recopilación de líderes antedicha- la calidad democrática de la sociedad actual; española, pero también internacional.

domingo, 15 de mayo de 2022

Reiterando

Tengo bastantes sospechas de que resulto reiterativo, pero lo repetiré una vez más, para estar seguro: los tontos y no los malos son el mayor peligro para la humanidad; acepto el reproche en cuanto a la reiteración -pesadez, más bien- con el mismo sufrido ánimo con el que los padres son replicados tras repetir a los hijos lo que consideran verdades esenciales de la vida; y aunque comprobemos -también reiteradamente- como los hijos ejercitan en tales ocasiones una sordera olímpica (hasta que les toca a ellos fungir de padres).

Es cierto que en este país, del que creo que fué Antonio Machado quien aseguró -seguramente no por casualidad- que de diez cabezas una piensa y nueve embisten (de cuando la tauromaquia era extensiva, ahora que no lo es las cifras no han mejorado, sin embargo), esta reiteración acaba siendo dolorosa y lacerante (tanto o más que las prédicas de los antiguos profetas sin seguidores, que fueron la mayoría, naturalmente) por la falta de eco que suele hallar; aquí somos más de dichos y frases hechas que es muchísimo más cómodo. Por eso me voy a servir de algo que entra en el concepto de dicho/frase hecha/chiste rápido: eres más tonto que un obrero de derechas; a veces los dichos -como  los refranes- también aciertan. A ver si así.

Bueno, que habré sido reiterativo, pero también breve. Lo uno por lo otro.

jueves, 12 de mayo de 2022

Comparando


Azaña prisionero a bordo del Alcalá  Galiano
Es un dicho muy socorrido -somos un país propenso a los dichos y a las frases hechas: será por ahorrar esfuerzos mentales- lo de que las comparaciones son odiosas(*), sin reparar, en primer lugar, en que serán odiosas para unos, los que resulten desfavorecidos en ellas, pero para los otros serán, a lo sumo, prescindibles y, en segundo lugar, que comparar ha sido, desde hace tiempo, una herramienta de gran uso y prestigio para estudiosos e historiadores ya desde la época clásica, con las Vidas Paralelas de Plutarco, pero usada también en épocas más recientes por Montesquieu, Voltaire y Adam Smith en el siglo XVIII, Toqueville, Marx y Weber en el siglo XIX y Spengler, Sorokin y Toynbee en el siglo XX; sí, parece que comparar -el método comparativo- puede ser útil para establecer patrones clarificadores también en el campo de las ciencias sociales cumpliendo una labor o
función de verificación de teorías o hipótesis, que previamente ha propiciado la propia función heurística (la esencial generación y proposición de tales teorías o hipótesis).

Así pues, voy a proponer la comparación -como mero ejercicio, sin mayores pretensiones- de dos obras pertenecientes a la literatura política (género que existe aún sin ser muy frecuente; minoritario si excluímos los autopanenegíricos con pretensión de memorias políticas): la reciente Verdades a la cara de Pablo Iglesias (estructurado en base a unas entrevistas de Aitor Rivero al propio Pablo Iglesias) y Mi rebelión en Barcelona de Manuel Azaña, publicada en 1935. Para los que ignoren los hechos en que se basa esta segunda obra -doy por conocidos los hechos en que se basa la primera y, en todo caso, no quisiera destriparla o spoilerearla, que creo que se dice ahora- brevemente podrían resumirse así:  en el otoño de 1934 -con un gobierno presidido por Lerroux y con tres ministos de la CEDA en él- y durante unas vacaciones  de Azaña en Cataluña (por motivos de salud y para asistir al funeral de Carner, quien fué ministro de Hacienda en su gobierno), el gobierno de la Generalidad proclamó la República Federal Española y el Estado Catalán dentro de ella, asunto en el que Azaña se negó a involucrarse por considerar que su fidelidad estaba con la Constitución y el Estatuto catalán vigente; pese a ello el 8 de octubre fue detenido por la autoridad militar y encarcelado en distintos buques de la armada; se le juzgó acusado de participar  en los hechos aunque, finalmente, el 28 de diciembre el Tribunal Supremo decidió sobreseer el procedimiento y lo puso en libertad.  Azaña relata estos hechos en el mencionado libro; durante su reclusión se produjo una oleada de muestras de afecto hacia su persona en idéntica proporción a las críticas que recibió por parte de la derecha monárquica y católica.

He dicho  que se trata de una proposición; se escapa a mi propósito establecer aquí los que yo veo como claros paralelismos -aún en forma resumida- entre ambas obras en las pocas líneas de esta entrada del blog pero, como pista, voy a recuperar algunos extractos del prólogo -dirigido a la opinión pública- del libro, prólogo que firmaron, entre otros, Azorín, José Bergamín, Américo Castro, Chaves Nogales, Oscar Esplá, León Felipe, García Lorca, Juan Ramón Jiménez, Gregorio Marañón, Eduardo Marquina, Fernando de los Ríos, y Alejandro Casona, pero que la censura de la época prohibió publicar encabezando Mi rebelión en Barcelona, como era la intención de Azaña:

...

Lo que contra el señor Azaña se hace quizá no tenga precedentes en nuestra historia, y si lo tiene, de fijo valdrá más no recordarlo. No se ejercita en su contra una oposición, sino una persecución. No se le critica, sino que se le denosta, se le calumnia y se le amenaza. No se aspira a vencerle sino a aniquilarle. Para vejarle se han agotado todos los dicterios. Se le presenta como un enemigo de su patria, como el causante de todas sus desdichas, como un ser monstruosos e indigno de vivir.

...

Nuestra protesta va encaminada simplemente contra los modos de ataque, llegados a tan ciego encono que no parecen propios para lograr una obra de severidad (incomprensible para nosotros), sino para cohibir una acción serena de los órganos del Estado, para provocar una revuelta obcecada o para armar el brazo de un asesino.

... 

Comprendemos lo mucho que ciega la pasión política, pero también creemos que una gran parte de los que se suman a la campaña lo hacen por inconsciencia, por desconocimiento de la verdad, y por contagio. Y como en caso de tanta gravedad para la persona atacada y para el decoro político no basta con que unos cuantos salven su responsabilidad personal, guareciéndose en la intimidad de su conciencia, hemos querido difundir este documento en el que, con mesura y ecuanimidad, defendemos, más que al señor Azaña, a la civilidad española.

Por aportar una primera muestra paralelística: si Pablo Iglesias comienza su libro confesando (a modo de introducción) que nunca hubiera escrito este libro, Manual Azaña comienza por aceptar que pudiera emplear  mejor el tiempo (que asegura que sobrando al parecer,  falta para todo; en realidad no le restaban ni seis años de dura vida) y la tinta, aunque confiesa hacerlo con su tinta menos mala, la más legible, destilados la ironía y el sarcasmo; es cierto que Azaña se consideraba escritor antes que cualquier otra cosa en esta vida y que para él hacerlo debía ser poco menos que un deber. Aunque, la civilidad española naufragara completamente sólo un año después. 

Seguramente será  inevitable para todos aquellos que animosamente acepten mi propuesta que acaben concluyendo amargos corolarios,  por ejemplo, que en este país continúa soportándose fatal en los demás la superioridad demasiado evidente (**) y, sobre todo -resumiendo- lo poco que social y políticamente ha avanzado este país en casi un siglo. Pero -consolémonos-  mejor trasegar bilis que vivir en la inopia; mejor conocer nuestras carencias que ignorarlas.

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(*)...es porque (el español) no concibe que existan sin hundir a una de las partes comparadas.

(**)Hay que reconocer que Fulano es buen actor (o ingeniero o vendedor de corbatas). Hay que reconocer, es decir, tenemos que hacer un esfuerzo, nos obligamos y muy a nuestro pesar a conceder una virtud al aludido. Jamás he oído a nadie decir: Hay que reconocer que Fulano tiene ese defecto. Para eso no hace falta esfuerzo alguno. La palabra sale fluida, el pensamiento se extiende sin dificultad. 

Ambas,  citas de la obra de Fernando Díaz-Plaja El español y los siete pecado capitales. La envidia

martes, 10 de mayo de 2022

Gobernantes y gobernados

Lo recordaba recientemente Noam Chomsky en una entrevista sobre el papel de la propaganda en la guerra en Ucrania:  

En una de las primeras obras de lo que ahora se llama Ciencia Política, hace 350 años, su Primeros Principios de Gobierno, David Hume escribió:

“Nada parece más sorprendente para aquellos que consideran los asuntos humanos con un ojo filosófico, que la facilidad con la que los muchos son gobernados por los pocos; y la sumisión implícita, con la que los hombres renuncian a sus propios sentimientos y pasiones por los de sus gobernantes. Cuando inquiramos por qué medios se realiza esta maravilla, encontraremos que, como la Fuerza está siempre del lado de los gobernados, los gobernantes no tienen nada que los apoye sino la opinión. Por lo tanto, el gobierno se basa únicamente en la opinión; y esta máxima se extiende a los gobiernos más despóticos y militares, así como a los más libres y populares”.

La fuerza está, en efecto, del lado de los gobernados, sobre todo en las sociedades más libres. Y más vale que no se den cuenta, o las estructuras de autoridad ilegítima se desmoronarán, las estatales y las privadas. 

Estas ideas se fueron desarrollando a lo largo de los años, sobre todo por parte de Antonio Gramsci. La dictadura de Mussolini comprendió bien la amenaza que representaba. Cuando se le encarceló, el fiscal anunció: “Debemos impedir que este cerebro funcione durante 20 años".

Por recordar lo evidente -aunque se trate continuamente de escamotearnos el elefante delante de nuestras narices- y sólo por intentar que algún cerebro continúe funcionando y razone razonablemente (que no es ninguna redundancia): el nexo de unión entre goberanantes y gobernados es -hace tiempo- la propaganda, no la razón.