Eso mismo debe pensar el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, al que le parece correcto que la institución monáquica haya buscando marcar
distancia respecto a unas conductas que pueden ser susceptibles de
calificarse de irregulares ó bien distanciarse de supuestas conductas custionables y reprobables de un miembro de la Casa Real (ese miembro de la Casa Real del que usted me habla, le ha faltado añadir, aunque se da la circunstancia que ese miembro de la Casa Real fué no hace tanto -y durante casi cuarenta años- el Jefe del Estado de este país). O sea, ¿quiere decir el presidente del gobierno que las mencionadas conductas son menos cuestionables, reprobables o irregulares cuando se alejan las personas que así se condujeron?, ¿que con la distancia los hipotéticos delitos se vuelven más y más hipotéticos hasta diluírse y desaparecer? Dicen que la distancia es el olvido, pero yo no concibo esa razón, continúa el bolero; yo tampoco (lo de ojos que no ven corazón que no siente implica no sólo carencias visuales y anímicas, también de raciocinio; creo que no es mi caso). Añadió Pedro Sánchez que Don Juan Carlos ha dicho claramente que está a disposición de la Justicia como cualquier otro español, aunque a renglón seguido aseguró desconocer donde se encontraba el rey emérito; no sabemos si la Justicia dispondrá de esa información para intentar hacer efectiva esa disponibilidad.
En fin, este blanqueamiento intensivo de lo que, a todas luces, es una conducta más que irregular, cuestionable o reprobable del anterior Jefe del Estado de España, es también, en sí mismo, irregular, custionable y reprobable desde los puntos de vista político y ético (por no mencionar lo puramente estético). Si éste ha sido -como se asegura- el resultado de semanas de negociación entre el Gobierno -representado por la vicepresidenta Carmen Calvo que, al parecer, lo mantuvo en secreto incluso para otros miembros del gobierno, en concreto para los pertenecientes a Unidas Podemos; esperando al mes de Agosto, que la gente anda más distraída con las vacaciones- y la Casa Real, nos podemos hacer una idea bastante exacta del negocio de que se trataba, a la vista de los resultados. Bochornoso.
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