El previsible titular de la presidencia de la Junta de Andalucía -hay que recordar que es la CC.AA. más poblada de España, con casi 8,5 millones de personas- Juan Manuel Moreno Bonilla (Juanma Moreno, para los allegados) tiene un curriculum y una vida laboral que podría ponerse como ejemplo de lo que es un político profesional en este país y, a la vez, parte -no sé si origen o consecuencia- de la explicación de la incapacidad de nuestra clase política para encarar con alguna posibilidad de éxito los problemas a los que nos enfrentamos como país.
Con 16 ó 17 años, el señor Moreno Bonilla -hijo de padres emigrados a Barcelona y retornados a su Málaga natal en 1970, a los tres meses de su nacimiento- parece que mostró querencia por la música y formó parte de grupos de pop-rock de ámbito local de nombres tan premonitorios como Lapsus psíquico y Falsas realidades; en todo caso, oyó la voz que le descubrió su vocación política y en 1989, con 19 años, se afilió al Partido Popular y colaboró en la fundación de la Asociación Popular de Estudiantes de la Universidad de Málaga -comenzó los estudios de Psicología y Magisterio, carreras que nunca acabó- mientras parece ser que también trabajó como comercial y en una pizzería; el caso es en 1993 ocupaba la presidencia de Nuevas Generaciones del PP en Málaga; méritos que sumados todos ellos -unos con más peso que otros- le llevaron a ser nombrado vicedecano de estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Málaga y en 1995, con 25 años, concejal de Juventud y Deporte en el Ayuntamiento de Málaga. Así, acumulando méritos -fundamentalmente ser elegido diputado en las VII, VIII, IX y X legislaturas del Congreso de Diputados- llegó a ser nombrado Secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad del Ministerio de Sanidad (2011-2014); no se sabe muy bien si simultáneamente o después, obtuvo un Grado (licenciado) en Protocolo y Organización de Eventos por la Universidad Camilo José Cela; se vé que le fué necesario para organizar protocolariamente las distintas comisiones, planes y desarrollo de leyes que le encomendaron en el Ministerio de Sanidad (por cierto, la página web del Ministerio de Sanidad donde figuraba su currículum no está accesible actualmente). Había también en su curriculum unos máster: Master en Programa para el Liderazgo en la Administración Pública (IESE) y un Master de Oro del Real Forum de Alta Dirección que, misteriosamente, acabaron desapareciendo de su perfil oficial, ya que figuraban en él debido, supuestamente, a un error informático. Pero es natural que, ante tal acumulación de éxitos en su carrera política fuera nombrado en 2014 candidato a la presidencia de la Junta de la Andalucía, la cual parece ser que va a conseguir cinco años después, aún obteniendo peores resultados electorales que entonces, gracias al apoyo de Ciudadanos y Vox, otras marcas de la derecha de siempre. O puede que la culpa resulte ser de una vaca loca por votarle.
No sé si será por este historial por lo que creo que el señor Moreno Bonilla siempre me sonará a árbitro de fútbol de segunda división (que me perdonen los árbitros de fútbol de segunda división). Y no lo siento por él ni por el fútbol, si no, ya digo, por el país.
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