lunes, 6 de marzo de 2017

Absolutamente administrativa

El presidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, ha negado que se le esté investigando por corrupción, asegurando que el caso Auditorio es una cuestión absolutamente administrativa;  como queriendo decir que a él que le registren, que eso son cosas de técnicos y/o de funcionarios.  Sí, a tal grado de confusión en los  principios y en el lenguaje hemos llegado.
La Administración pública es la organización que se encarga de la gestión del Estado y, en concreto, de administrar sus recursos, es decir, es un herramienta dependiente del poder ejecutivo con la que éste debe gestionar directa y lo más eficientemente posible los recursos destinados a financiar los servicios públicos; como tal herramienta no es ni buena ni mala, todo depende del uso que de ella haga el poder ejecutivo, o sea, que las cuestiones absolutamente administrativas también pueden resultar absolutamente corruptas, si la herramienta se maneja para beneficiar intereses privados en lugar de los públicos. Aunque, en previsión de que eso pueda ocurrir, la Administración pública cuenta con una serie de procedimientos de control que, en teoría, previenen de esa mala utilización: no hay más que recurrir a la documentación generada en cualquier proceso administrativo para que ello pudiera ser demostrado, de ser necesario.
El Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia, cree que puede, a la vista de ciertos indicios, demostrarlo, y como representante del poder judicial -independiente, también en teoría, del poder ejecutivo-  en éste caso ha reconocido ser competente para investigar al señor Sánchez por los presuntos delitos de prevaricación, malversación, fraude y falsedad, ocurridos cuando el señor Sánchez ocupaba el cargo de alcalde de Puerto Lumbreras durante las obras del mencionado auditorio, estando la presunción de todos ellos basada, en gran parte, en pruebas documentales  administrativas que habrá que cotejar con otro tipo de evidencias para demostrar la existencia de los supuestos delitos. No se investiga, pues, si en el proceso administrativo hay algún error u anomalía, como pretende el presidente de Murcia, sino bastante más. Y como todo el mundo sabe -los medios nos lo repiten cada vez- la figura del actual investigado se corresponde con la anterior de imputado (alguien debió creer que con cambiar de adjetivo asunto arreglado, resultó que ahora usamos las dos, para no perdernos).
Algunos pasan por la vida para destruir, nosotros, al contrario, ha creído zanjar el asunto el constructor presidente  de Murcia: un tardío defensor de la burbuja inmobiliaria y de los porcentajes de beneficios -particulares y privados- en dinero negro que generaba.

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