Creo que entiendo las profundas razones que motivaron tanto a Lenin como a Fernando de los Ríos en su famosa entrevista de 1920 (sí, hace un siglo) en Moscú, cuando el primero le preguntó ¿Libertad para qué? y el segundo respondió libertad para ser libres; supongo que el primero se refería a los condicionantes -seguridad material, inmediata- que ha de ser garantizada con carácter previo a cualquier persona para que ésta pueda de manera efectiva ser lo suficientemente independiente para poder ejercer su libertad y el segundo se refería a esa libertad instintiva, casi física, que el ser humano necesita a diario, permanentemente, casi como el aire, para poder ser realmente persona.
Y cuando veo el panorama actual en España, donde impera el trabajo precario con sueldos que no bastan para sacar de la pobreza a trabajadores en esas condiciones, donde las instituciones de justicia tiene que soportar atascos de corruptos -además de muchos otros que han saqueado y saquean impunemente- donde se promulgan leyes para la seguridad ciudadana que lo son contra la ciudadanía, donde las perspectivas de futuro son tan escasas para los jóvenes que muchos se ven obligados a emigrar, donde el partido que incurre en las causas de todos éstos ataques a la libertad y a sus requisitos pretende -por los medios previstos legalmente o por los que sea necesario- continuar con las políticas que nos han llevado hasta aquí, noto que me falta el aire, que nos falta el aire.
Pero el propio Fernando de los Ríos, dijo hace casi un siglo y con toda claridad: Economía libre quiere decir hombre esclavo y, en cambio, una
economía sojuzgada y sometida es lo único que hace posible una verdadera
posición de libertad para el hombre.
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