martes, 4 de octubre de 2016

Cariblanco

Sin llegar a circo -lo digo en serio- pero tras el espectáculo mediático que ha sido entretenimiento incluso fuera de nuestro país, resulta que Javier Fernández ha devenido Cariblanco -también conocido como Oliver, Listo o Clown- de una troupe de 10 personas denominada gestora del PSOE. De apariencia fría y reservada, Cariblanco representa la ley, el orden, el mundo adulto, la represión; es  petulante y a menudo autoritario y malicioso, pero resulta ser el amo de la pista. Como buen Cariblanco -aunque por el momento sin un Augusto que le dé la réplica; ¿García-Page, quizá?- Javier Fernández nos ha dejado, desde su gesto serio y trascendente alguna que otra reflexión, sin duda con el propósito de distender el ambiente con su peculiar sentido del humor:
1ª) Nos ha aclarado que considera su función la de intentar apaciguar a la organización y enfriar el magma en que se ha convertido el PSOE. No veo la vulcanología en manos de aficionados; en fin, que no resulte abrasado que aunque dá mucha risa a los demás a uno mismo luego le escuece.
2ª) El PSOE se ha podemizado en gran medida. Está bien utilizar de cuando en cuando el humor del absurdo, pero parecería más adecuado que este chiste se lo encomendaran a un Augusto experimentado.
3ª) Una abstención no es lo mismo que un apoyo. Gracioso, porque en este caso y en otros semejantes no obstaculizar es lo mismo que permitir. También más propio de un Augusto, que le sacaría más punta.
4ª) Hay una cosa peor que un gobierno en minoría del PP, que es un gobierno en mayoría del PP. No está mal pero queda un poco soso; qué tal si se rematara con un y todavía peor sería volver al bipartidismo o, o... -titubeo- un Diluvio Universal. Todo ésto dicho con la prosopopeya y la voz profunda propias de un majestuoso Cariblanco.
5ª) Ayer conversé con Mariano Rajoy, pero aún no he hablado con Pedro Sánchez; ayer le llamé, por si necesitaba algo o quería hablar, pero comunicaba, y al final no hablamos. Esto, bien montado y con gesto entre despistado y ausente -tipo Groucho- es de risa garantizada.
6ª) Yo no negaría en absoluto la palabra a las bases. Los que hemos sido elegidos no podemos eludir nuestra responsabilidad. Ahora bien, hay que dialogar con ellas; no tengo la menor duda que son los militantes los que mandan en el PSOE, aunque no se puede estar consultando constantemente a las bases porque a ellas les corresponde decidir en el momento clave, que es la elección del secretario general del PSOE o en algún momento excepcional. Creo que como chiste está un poco verde y, además, puede que no fuera generalmente entendido, o algo peor.
Condiciones de Cariblanco -no hay más que verle la cara- el señor Fernández tiene, otra cosa es que el guión no esté, de momento, a la altura. En fin, tras algún rodaje repitiendo el argumentario que el felicebrianismo traslade a la gestora del PSOE y afinando los gags anotando la reacción del público tras sus comunicados puede que le vayamos cogiendo el punto. El nombramiento de un Augusto oficial sería, desde luego,  muy conveniente. Y García-Page, con esos mofletes acompañando a una buena nariz roja y redonda, lo está pidiendo a gritos (hay que ver sus pruebas vendiendo un candidato potente del PSOE).

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