jueves, 15 de octubre de 2015

Lo público y lo privado

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, continúa distinguiendo -como si eso fuera posible.- entre Rodrigo Rato como responsable económico en los gobiernos del PP en 1996-2004 -no olvidemos que Montoro también participó en ellos, a las órdenes de Rato- y su actuación como ciudadano particular, sobre la que reflexiona/pregunta (al propio Rato): ¿pero no estábamos todos jugando a lo mismo? ¿No se trataba del país? ¿Y cómo alguien de tu renta puede usar una black para ahorrarse unos miles de euros?". Pues sí, se vé que la avaricia es insaciable, todo para el saco, mientras resista; incluso aunque no resista.
Pero tiene ejemplos más cercanos: el presidente del gobierno de España, a cuyas órdenes está ahora, paga con dinero público la asistencia personal que su padre necesita, debido a su avanzada edad. Que alguien que ha procurado por todos los medios desmantelar la Ley de Dependencia, -más de 78.000 familiares de dependientes han perdido la prestación económica que recibían, y más de 400.000 tienen reconocida una ayuda que nunca han percibido- que teniendo él mismo como presidente del gobierno un sueldo más que aseado (como el de la mayoría de sus hermanos, registradores y notarios) y descontando la pensión que, a buen seguro, percibe su padre, Mariano Rajoy Sobredo, como juez jubilado, considere aceptable que éste resida permanentemente en la residencia asignada por el Estado al presidente del gobierno, así como cargar los gastos de esa asistencia personal -la que requiere un enfermo de 95 años, no estrictamente sanitaria, o sea, la contemplada por la Ley de Dependencia- estimados en 5.000 euros mensuales, al erario público, indica claramente hasta que punto Mariano Rajoy Brey es un devoto de la Ley del Embudo, al que cabe aplicar, tal cual, las consideraciones de Cristóbal Montoro respecto a Rato. Y en éste caso sin las consideraciones previas en cuanto a la distinción entre responsabilidades públicas y privadas: el propio Rajoy no parece distinguirlas.


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