La realidad en cuanto tal es signo de Dios, habla de Su existencia. La iniciativa creadora de Dios tiene una finalidad: establecer una relación de amistad con el hombre. Es decir, Dios ha creado al ser humano para que sea feliz en relación con Él. Los relatos bíblicos de la Creación y el Paraíso ejemplifican bellamente la finalidad de la creación de la persona y del mundo entero para su servicio. De su origen creatural y de su llamada a participar en la amistad con Dios surge su dignidad inviolable. No obstante, el ser humano pretende apropiarse del don de Dios prescindiendo de Él. En esto consiste el pecado. Este rechazo de Dios tiene como consecuencia en el ser humano la imposibilidad de ser feliz. Dado que su naturaleza está hecha para el bien, su experiencia de mal y de límite le hace añorar la plenitud que él no puede darse por sí mismo y busca de algún modo restablecer la relación con Dios. Esta necesidad del bien, el deseo de Infinito que caracteriza al ser humano se expresa en las religiones como búsqueda del Misterio.
¿He copiado, quizá, el texto del prólogo de algún catecismo de la iglesia católica? Pues no, es parte del contenido de la Resolución de 11 de Febrero de 2015 (publicada en el BOE del 24 de Febrero de 2015) del Ministerio de Educación, donde se explicita el currículo de la enseñanza de la Religión Católica de la Educación Primaria y de la Educación Secundaria Obligatoria (entre 6 y 16 años).
En el Anexo I de la Resolución se puede leer que Dios se manifiesta al hombre y lo hace en una historia concreta, con personajes y situaciones que el alumnado debe conocer y que contribuirán a su comprensión del mundo. Dicha revelación culmina en Jesucristo y el mensaje evangélico, centro del tercer bloque del currículo y eje vertebrador de la asignatura. Por último, se estudia la Iglesia como manifestación de la presencia continuada de Jesucristo en la historia.
Se nos aclara, eso sí, que lejos de una finalidad catequética o de adoctrinamiento, la enseñanza de la religión católica ilustra a los estudiantes sobre la identidad del cristianismo y la vida cristiana. Aunque, previamente, se haya manifestado también que todos aquellos que no compartan esa identidad cristiana los más probable es que, para empezar, sean unos desagradecidos, indignos, pecadores, infelices, limitados y malignos (conviene releer, para comprobarlo, el comienzo del texto).
Se nos aclara, eso sí, que lejos de una finalidad catequética o de adoctrinamiento, la enseñanza de la religión católica ilustra a los estudiantes sobre la identidad del cristianismo y la vida cristiana. Aunque, previamente, se haya manifestado también que todos aquellos que no compartan esa identidad cristiana los más probable es que, para empezar, sean unos desagradecidos, indignos, pecadores, infelices, limitados y malignos (conviene releer, para comprobarlo, el comienzo del texto).
Según el diccionario de la RAE, ilustrado,da se dice de una persona culta e instruída, pero también de lo relativo al movimiento filosófico y cultural del siglo XVIII en España, y de las personas que participaron en ese movimiento. Si Jovellanos levantara hoy la cabeza creería que la Inquisición había triunfado totalmente y que fueron vanos todos sus esfuerzos. Y si, por casualidad, cayera en sus manos éste BOE, se iba de nuevo -y presto- a la tumba para despertar transcurridos otros doscientos años a comprobar si la situación había cambiado algo. Que menos tiempo yo no recomendaría.
http://epistolariocontingente.blogspot.com.es/2013/05/una-aberracion.html
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