El error informático ataca de nuevo: un error en una aplicación del Ministerio de Agricultura ha suspendido y dejado sin fecha el pago de ayudas por valor de casi 300 millones de euros a 47.000 agricultores aragoneses.
Ya comprendo que es ésta, la del error informático, una de las batallas en cuanto al uso del idioma que tengo perdida, como la de digitalización por digitización, o pantano por embalse, pero ni siquiera la edad, que convierte en costumbre lo de perder batallas, hace que ya no me soliviante oír lo del error informático; parece que la informática sea una bruja -mala- escondida esperando a que el profesional informático se despiste lo más mínimo para colar una china -el temido error informático- en el delicado engranaje que se supone que son los programas y las aplicaciones.
La informática es una poderosa herramienta de múltiples aplicaciones y sin la cual nuestra vida actual, tal como la conocemos, dejaría de existir, pero es sólo eso, una herramienta y como tal, responsabilidad de los humanos que la utilizan; a nadie se le ocurre hablar de un error eléctrico si por causa de una situación no prevista en la gestión de otro de los fundamentos de la civilización actual se produce un apagón general; en resumen, no existe el error informático, el error SIEMPRE es humano, al no prever quien desarrolla las aplicaciones posibles situaciones o circunstancias que puedan producir resultados no deseados, como las ayudas que los agricultores aragoneses no han percibido.
Y eso si no somos malpensados, que hay quien intenta ocultar su la mala fe disfrazándola de error. Error informático, por supuesto, ese error que parece tener vida propia.
Ya comprendo que es ésta, la del error informático, una de las batallas en cuanto al uso del idioma que tengo perdida, como la de digitalización por digitización, o pantano por embalse, pero ni siquiera la edad, que convierte en costumbre lo de perder batallas, hace que ya no me soliviante oír lo del error informático; parece que la informática sea una bruja -mala- escondida esperando a que el profesional informático se despiste lo más mínimo para colar una china -el temido error informático- en el delicado engranaje que se supone que son los programas y las aplicaciones.
La informática es una poderosa herramienta de múltiples aplicaciones y sin la cual nuestra vida actual, tal como la conocemos, dejaría de existir, pero es sólo eso, una herramienta y como tal, responsabilidad de los humanos que la utilizan; a nadie se le ocurre hablar de un error eléctrico si por causa de una situación no prevista en la gestión de otro de los fundamentos de la civilización actual se produce un apagón general; en resumen, no existe el error informático, el error SIEMPRE es humano, al no prever quien desarrolla las aplicaciones posibles situaciones o circunstancias que puedan producir resultados no deseados, como las ayudas que los agricultores aragoneses no han percibido.
Y eso si no somos malpensados, que hay quien intenta ocultar su la mala fe disfrazándola de error. Error informático, por supuesto, ese error que parece tener vida propia.
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