Es
evidente que en historia las cifras, los números, importan, y mucho. Y
es igualmente cierto que la percepción humana para los grandes números
es bastante deficiente. En ésto último se basaron los responsables nazis
del Holocausto, los responsables soviéticos en la Rusia de los años
treinta o los EE.UU. en sus actuaciones en el Sudeste asiático en los
años sesenta del siglo pasado: la mayoría no asimilamos cifras de
millones de víctimas y, en consecuencia, o las reducimos o las
ignoramos.
Ahora se está juzgando en Reino Unido el escándalo de las escuchas que fueron responsabilidad de News of the World,
parte integrante del imperio mediático de Rupert Murdoch; la fiscalía
estima que unas seiscientas personas fueron víctimas de pinchazos
telefónicos ilegales.
Por
otra parte, estamos conociendo -aunque al gobierno parece que aún oficialmente, no le consta- que en sólo un mes, la Agencia Nacional
de Seguridad de los EE.UU. ha rastreado más de 60 millones de
comunicaciones de españoles, incluyendo llamadas telefónicas, SMS,
correos electrónicos,
navegaciones por Internet o intercambios a través de redes sociales. Es
decir, cien mil veces más que las escuchas por las que se juzga a los
responsables de News of the World.
Aunque en ambos casos se trata de escuchas ilegales, la asimilación de
la realidad es mucho más difícil en el segundo caso. Quizá pudiera ayudar
a entenderlo considerar que a cada español le han "rastreado" -ese mes- al menos una
vez, y de ellos a otros veinte millones, con más suerte, dos. Estadísticamente
hablando, claro está. Personalmente espero haber sido bastante menos
relevante que la media para pasar desapercibido, aunque si ésto es muy leído ascendería sin remedio en el ranking.