viernes, 22 de febrero de 2013

El valor del voto

Continúa ensanchándose la fractura entre la realidad social en éste país y el modo en que la mayoría de la clase política en general y el partido actualmente en el gobierno en particular abordan la calamitosa situación actual.
Así, oyendo al presidente del gobierno en su reciente comparecencia en el Congreso -que teóricamente versaba sobre el estado de la Nación- hubo momentos en que no supe si vivía en el mismo país que yo, a ratos me recordaba  a la abeja Maya, hablando de un país multicolor. Y lo peor, corroborando su predisposición a "cumplir con su deber" aunque ello contradiga radicalmente las promesas que hizo a quienes le votaron por ellas. Habrá que deducir, pues, que si el sentido del deber del presidente de gobierno de turno es lo prioritario ante graves decisiones a tomar, podemos ahorrarnos incluso que se nos consulte cada cuatro años: si no es exigible por parte de la ciudadanía responsibilidades por tales incumplimientos el voto no es que valga poco, es que no vale nada. Esta democracia es pura pantomima.

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