No sé a que respondía la sonrisa de Pedro Passos Coelho cuando fué
interrumpido en su discurso en la Asamblea de la República por un grupo
de treinta persona que entonaron Grândola Vila Morena, símbolo de
la revolución portuguesa de 1974. Si queremos pensar bien, puede que
fuera para él mismo un alivio comprobar que al menos en el sentir
popular persiste un sentimiento nacional portugués frente a los dictados
de la troika, aunque él tenga marcado el guión de su discurso oficial.
Si queremos pensar mal, puede que se estuviera riendo de la inocencia
del orfeón manifestante.
En todo caso, la presidenta de la cámara -quizá también en un gesto cómplice- esperó unos minutos hasta que los manifestantes terminaron la canción para ordenar su desalojo de la cámara de la Asamblea. Que diferencia de sensibilidad con el presidente del Congreso, aquí en España, cuando el otro día mandó desalojar a los integrantes de la Plataforma de Afectados por el Desahucio -que no habían interrumpido antes el debate- tronando "que procedan a su expulsión" acompañado de un "coño" sotto voce.
En todo caso, la presidenta de la cámara -quizá también en un gesto cómplice- esperó unos minutos hasta que los manifestantes terminaron la canción para ordenar su desalojo de la cámara de la Asamblea. Que diferencia de sensibilidad con el presidente del Congreso, aquí en España, cuando el otro día mandó desalojar a los integrantes de la Plataforma de Afectados por el Desahucio -que no habían interrumpido antes el debate- tronando "que procedan a su expulsión" acompañado de un "coño" sotto voce.
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