domingo, 1 de agosto de 2021

Tirano, prisionero o traidor

...esas son las tres alternativas para el hombre en el mundo según Pushkin; más radical  lo proponía Rabindranath Tagore, reduciendo a dos las categorías: Agradezco no ser una de las ruedas del poder, sino una de las criaturas que son aplastadas por ellas; Kafka, por el contrario, oscureciendo un grado más  las sombras que, de por sí, envuelven al traidor proponía añadir una cuarta categoría a las de Pushkin: la del no-hombre, el hombre sin identidad,  categoría que constituye quizá un superconjunto en el que podrían incluirse los traidores, pero que, fundamentalmente, está constituída por todos los derrotados: los muy pobres, los locos, los drogodependientes, los sometidos a miedos paralizantes, los que se encuentran en perpetua huída... su enumeración y clasificación desbordaría cualquier taxonomía al estilo de una supuesta enciclopedia china titulada Emporio Celestial de los conocimientos benévolos, que Borges menciona en el Idioma analítico de John Wilkins

El capitalismo, por su parte, recurre a una división de los seres humanos parecida a la de Pushkin: amos, lacayos y esclavos -o propietarios, capataces y trabajadores, en lenguaje quizá algo más actual- realmente es la misma que la establecida por Pushkin si asimilamos tiranos a amos, traidores a lacayos y prisioneros a trabajadores.

Volvamos, después de tan errática digresión a la elementalidad de Pushkin, sabiendo de antemano -cómo no-  que se trata sólo de elegir la que nos parezca menos mala -o más soportable para uno mismo- porque buena no hay ninguna; una vez elegida una alternativa resulta inútil perder tiempo en priorizar las otras dos, en saber que habríamos elegido en segundo o en último lugar. 

Pero que nadie quede pesaroso -ni tampoco alegre- pensando en la que cree que ha sido su elección, en realidad todos los humanos tenemos algo de tirano, de prisionero y de traidor y el porcentaje de cada uno de ellos en nosostros varía según las circunstancias; esto es la vida. Y al final, efectivamente, todos acabamos derrotados.

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