jueves, 1 de julio de 2021

Oficinista

Estaba revisando cual de las definiciones de oficina que recoge el diccionario la RAE era la que mejor se acomodaba al chiringuito mamandúrrico denominado Oficina del Español que Díaz Ayuso le ha montado a Toni Cantó como pago a servicios prestados (que, a saber cuales han sido); las definiciones son cinco y, por descarte de tres de ellas, me he quedado con la 1 y la 4. 

La primera (la 1) dice así: Local donde se hace, se ordena y se trabaja algo que, en su inconcrección, es bastante adecuada ya que local es bastante probable que exista (la mayoría de los chiringuitos disponen de uno, generalmente bastante ostentoso, de modo que quepa sospechar que todo aquello tiene que servir para algo), se ordena, que yo he tomado en su acepción de mando (si algo chifla a los políticos sin grandes dotes es mandar) y se trabaja algo (no creo que Toni Cantó perezca debido al trabajo, ni siquiera mandando; si llega a trabajar algo ya sería bastante).

La segunda (la 4) es igualmente inconcreta (cualidad esencial de cualquier chiringuito que se precie) y parecece ser complemento o aclaración de la anterior: parte o lugar donde se fragua y dispone algo no material; que no se yó si ésto va a ser incluso demasidado inconcreto; a ver, Toni, no te asustes, fraguar significa -además de forjar metales- idear, discurrir o trazar la disposición del algo (sí, de nuevo algo, tan adecuada y gloriosamente inconcreto); dispone, de nuevo en su acepción de mando y, finalmente, inmaterial (no material), como a colocado a medida para su fin declarado: la defensa del español (del idioma, claro; para lo otro dicen que está el Defensor del Pueblo). Inmaterial total.

¡Ea! pues ya estamos al cabo de la calle respecto a la misión de Toni Cantó -que tanto despotricó de los chiringuitos y de las mamandurrias en su etapa regeneracionista en Ciudadanos- al mando de su propio chiringuito denominado Oficina del Español: hacer algo con el español (inmaterial, por supuesto). Aunque, vista la redacción de su tuit de declaración de intenciones, recién nombrado en el cargo de Oficinista Mayor del Español (su actividad en Twitter es la mayor experiencia literaria acrediatada por él con el idioma español), puede ser cualquier cosa.

Por cierto, en la adjudicación de este chiringuito ya podrían en el PP haber disimulado algo y haber elegido para Toni Cantó algo menos cantoso, valga la redundancia; ¿no hubiera sido mejor una Oficina Anticorrupción?...bueno, puede que tampoco...

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En recuerdo del genial oficinista Pablo y su Oficina Siniestra, reflejo exacto de aquellas oficinas de entonces, repletas de sufridos oficinistas pluriempleados y pelotas de paupérrimas mamandurrias.

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