sábado, 4 de julio de 2020

Herencias

Nadie  es responsable de sus padres y, con algún matiz, la inversa es igualmente cierta: ningún padre es responsable de sus hijos. Igualmente es cierto que ningún hijo hereda más que algunos de los bienes materiales de sus padres; es más, los hijos tarambainas de padres famosos son más frecuentes de lo que la estadística dictamina; la ley de los grandes números  no debe ser la responsable de lograr la media por la vía rápida.
Creo que a Adolfo Suárez González hay que reconocerle, al menos, sagacidad y arrojo; puede que no fueran suficientes para traer a España los cambios políticos necesarios para este país, pero encontró también -empleando la mencionada sagacidad- la manera de vendernos que eran lo mejor posible, dadas las cicunstancias (que, objetivamente, no eran las ideales para un verdadero cambio político). Con su hijo, Adolfo Suárez Illana, no ocurre lo mismo: no sólo es que la sagacidad y el arrojo brillen por su ausencia en su persona -yo no diría que su afición por la caza y sus intentos de ser torero o militar sean muestra ni de lo uno ni de lo otro- es que tampoco es conocida alguna otra virtud que atribuírle, salvo ser hijo de quien es. Tras un intento -desastroso- de probar suerte política en las elecciones a diputado por el PP en Albacete, en 2003, se retiró de la política supuestamente consciente de sus limitaciones. Hasta que fué rescatado por el actual líder del PP, Pablo Casado -ese dirigente con vocación de cazatalentos- seguramente abrumado por los conocimientos sociológicos y antropológicos de Suarez Illana; méritos que debieron parecerle suficientes a Casado para incluírle como número 3 en la lista por Madrid al Congreso de los Diputados en las segundas eleeciones de 2019 (había ido como número 2 en las anteriores), lista que encabezaba el propio Casado. Con ese posicionamiento tan acorde a sus méritos era difícil no acabar en el Congreso, y fué lo que finalmente y sin remedio ocurrió; ya antes y sin esperar a la acumulación de más méritos -tales como asumir un heróico y grave riesgo de tortícolis ante la intevencion de los miembros de EH Bildu en el Congreso- Casado había nombrado a Suarez Illana, en 2018, presidente de la  Fundación Concordia y Libertad del Partido Popular (absorviendo una previa, denominada Humanismo y Democracia), que recibe cada año más de 458.000 euros de la Comunidad de Madrid (con gobierno del PP) por gestionar dos Centros de Participación e Integración de Inmigrantes (CEPI); Humanismo, Concordia, Libertad, Participación, Integración, Inmigrantes, ¿quién mejor que quien aseguró que La Transición supuso un abrazo de perdón entre los que mataron y los que murieron? (supongo que los muertos son abrazables, otras cosa es que ellos puedan hacer lo mismo por su propia voluntad). Sí, pásanos poco (inmigrantes incluídos).

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