miércoles, 24 de abril de 2019

Monjes y monas

El hábito no hace al monje, asegura la sabiduría popular, que tambien lo dice de forma aún más cruda: aunque la mona se vista de seda, mona se queda. En los recientes debates entre cuatro de los candidatos a las próximas elecciones generales, uno de ellos, vestido de calle, tuvo que pedir, en varias ocasiones, educación, respeto y sentido de Estado a los otros tres, trajeados, encorbatados y enzarzados entre sí.
Y si tuviera que resumir de urgencia los dos debates en unos cuantos flashes, además del mencionado, me vienen a la mente los siguientes:

-Rivera diciendo a Sánchez: ¿ya ha acabado usted de mentir?, ahora me toca a mí; y, efectivamente, continuó haciéndolo con esa urgencia propia del que desea anegar la capacidad de atención del oyente -o votante- por saturación traumática.

-Rivera enrollando y densenrollando un papiro donde se referenciaban los casos de corrupción del PSOE. Lamentablemente no llevó otro con los casos corrupción del PP: quizá debido a que la altura hubiera resultado excesiva.

-Rivera diciéndole a Sánchez no se ponga usted nervioso; él, que estaba tan sobrerevolucionado como una moto de competición.

Sí, lo siento, todos los flashes con momentos punteros de Alberto Carlos Rivera, el más sobreactuado caricato, con diferencia, de los cuatro; a mí siempre me ha recordado a aquellos vendedores ambulantes de el Rastro de Madrid, que vendían lotes de peines y cuchillas de afeitar ante una audiencia boquiabierta y entontecida por la velocidad de palabra del marchante y  algún que otro gancho que, al final de la perorata, hacía como que compraba (tan antiguo, al menos, es el marketing del modernísimo señor Rivera, que, si le va mal en la política, siempre le quedará presentar Pasapalabra). Por no mencionar su minuto de oro en el primer debate (¿lo escuchan?, ¿lo oyen?), dando carnaza para multitud de memes en las redes sociales; por cierto, puro plagio de un tuit de Oskar Matute, (de EH Bildu, ¡qué cosas!) dirigido precisamente a Rivera, que ha pretendido colarnos algo de matute, literalmente; todo les vale en Ciudadanos, que más que un partido de los autónomos podría vendernos ser un partido de lo reciclado; seguro que los marcos de las numerosas fotos que mostraba Rivera durante el debate son de su mesilla de noche.


Se me olvidaba; más que un flash, un clase magistral de Iglesias, leyendo la Constitución a los constitucionalistas, que puede que a algunos haya  servido para descubrir que en la Constitución hay más artículos -bastantes- antes y después del 155.

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