Dicho de una prenda de vestir: Que puede usarse por el derecho o por el revés según convenga; así está previsto que funcione el sistema político que nos proporcionó la bendita Transición (creo que transacción sería más apropiado), esa Restauración 2.0; la representación alternativa de cada una de las dos caras de la misma moneda está reservada -con los pertinentes mecanismos ad hoc- a cada uno de los dos partidos mayoritarios; actualmente PP y PSOE; el pueblo llano ya hace tiempo que se encargó de resumirlo sin remilgos y de forma cruda: PSOE y PP, la misma mierda es. ¡Y cuanta razón tiene el pueblo llano!, mucho antes del Medievo ya se sabía: Vox pópuli, Vox Dei.
¿Exageración?; creo que no. El último ejemplo: tanto el presidente del PP, Pablo Casado, como el Secretario General del PSOE -y actual presidente del gobierno- Pedro Sánchez, sostienen actualmente las posiciones contrarias a las que sostenían sólo hace unas semanas; Sánchez, que promovió recién llegado a la presidencia del gobierno la recepción de 629 migrantes del Aquarius en Valencia, dando un ejemplo a Europa, decide ahora no aplicar el mismo estatus especial a migrantes desembarcados en Algeciras. Casado, que acusó a Sánchez de provocar un efecto llamada con la recepción del Aquarius en Valencia, le critica ahora por no acoger a los 87 inmigrantes del Open Arms.
Para los que estaban atentos, ya lo explicitó en su día Pedro Sánchez dirigiéndose a Mariano Rajoy durante el debate sobre la aprobación de la aplicación del artículo 155 de la Constitución: todo es reversible. Efectivamente. Que, en cuanto a reversibilidad, el sistema ha experimentado en los últimos tiempos una mejora notable: si hace mucho calor cuando se lleva puesta la prenda por el lado del PSOE, se puede desmontar un forro interior, con lo cual la otra cara ya no será la del PP, será una algo más fresquita (aunque depende): Ciudadanos; a elegir entre tres posibilidades para acomodarse a las condiciones climáticas (o circunstanciales).
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