viernes, 5 de enero de 2018

Mañas

..no, no me refiero a las naturales de Aragón, sino a ese tipo de argucias típicas de los políticos en el poder, es decir, en el gobierno, que venden -publicitan urbi et orbi- de forma fraudulenta sus logros -en realidad los logros de todos; se suele tratar generalmente del empleo de recursos públicos- como si fueran mérito exclusivamente suyo; unas de las mañas más utilizadas es la venta de logros no atribuíble directamente al vendedor pero, sobre todo, la venta repetida; Mariano Rajoy, experto en todo tipo de mañas políticas, también es un maestro en ésta última: en cuatro días ha inaugurado dos ampliaciones de la misma autopista; como Rajoy -por lo que podemos deducir, a veces, que son sus esquemas mentales- es de los que si algo ha demostrado que funciona lo reitera sin hartura, es previsible que cuando algún escándalo de corrupción en su partido lo acose, se dedique a inaugurar cada kilómetro -u otra porción conveniente- de autopista, sobre todo ahora, que tampoco se construyen tantos kilómetros.
Otro ejemplo de ésta maña: el anuncio de la subida del salario mínimo interprofesional de hasta el 20% para llegar a 850 euros en 2020; la clave de la maña en éste caso es el hasta: las subidas parciales hasta llegar a ese techo salarial -eso es lo que es, tampoco merece la foto-  a tres años vista, estarán siempre vinculadas a que la economía española mantenga un ritmo anual de crecimiento del PIB del 2,5%, una previsión que ni el gobierno ni otros organismos nacionales o internacionales prevén hoy que se consiga.
Otro ejemplo de ésta maña: nos reitera el presidente del gobierno que el crecimiento del PIB español es el más alto de los países de nuestro entorno; ¿cual es nuestro entorno? ¿la Unión Europea?, pues según Eurostat, y otras fuentes hay varios países que nos superan -sólo en la eurozona hay ocho países- y presentan un incremento del PIB en 2016 superior al de España. Curiosamente, uno de éstos países, Rumanía, padece al mismo tiempo, como España, la descorazonadora sangría de una juventud emigrante.
Y así, a golpe de maña, va avanzando Mariano Rajoy, como un boxeador sonado esperando poder trabar al contario y poder llegar al final del asalto e ir preparando otras mañas que le permitan mantenerse en pie; para eso debe entrenar su andar rápido.

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