A
cuento del famoso ático de Ignacio González en Estepona, Esperanza
Aguirre ha manifestado que él ha demostrado como pocos de dónde ha
sacado el dinero para comprarlo y cómo lo pagó.
Aunque
la señora Aguirre es especialista en la aplicación de la ley del embudo
adjudicando -generosamente, siempre a los demás- títulos de demagogo y
populista y pone en práctica a diario todos y cada uno de los once
principios de la propaganda atribuídos a Goebbels, no puedo por menos
que estar de acuerdo con ella en ésta ocasión: somos mayoría los que
demostramos -de grado o por obligación- de donde sacamos el dinero y son
pocos los elegidos que presentan sus cuentas mediante empresas
interpuestas y radicadas en paraísos fiscales como el señor González, que, al parecer, están eximidos de tributar como el resto de los
ciudadanos comunes. Y eso la señora Aguirre lo debe considerar una nota a añadir al historial intachable del señor González.
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