miércoles, 18 de marzo de 2015

Devuelto

Nos tiene acostumbrados el señor presidente del gobierno -como también era el caso del rey emérito- a abreviar muchos participios en la forma entre castiza e inculta que supone pronunciar acabao por acabado o decir tomao por tomado. Quizá coloquialmente pueda resultar admisible esta incorrección, pero yo esperaría de ciertas personas y de ciertas ocasiones más formalidad y respeto por el idioma: de una figura pública hacia abajo en la escala de responsabilidades existe el peligro de que cunda el ejemplo por simple mimetismo o nauseabundo peloteo y acabemos todos como unos malhablaos.
Y para una vez que el señor Rajoy se anima a cumplir con los participios -devolvido- resulta que es irregular; ¡también es mala suerte!

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