martes, 27 de mayo de 2014

Radical, extremista y antisistema

Hace falta alejarse muy poco de lo políticamente correcto -es decir, del bipartidismo- en éste país para ser condecorado de inmediato con la palabra radical; una pizca más de lejanía cuestionando el propio bipartidismo, origen cierto de la extendida corrupción actual de la vida política y ya somos candidatos a llevarnos, además, las medallas de extremista y antisistema.
Son palabras que pretenden asustar y/o amenazar a la parte conservadora que todos llevamos dentro, pero creo que  en la actualidad lo sano y necesario es plantarnos tajantemente, radicalmente, ante una situación que nos lleva al desastre de forma acelerada, alejarnos de un centro y un sistema que suponen un cenagal en el que todos estamos empantanados y sin posibilidad de movernos. 
¿Cuales son las virtudes de ser blando, centrista y sistémico en las circunstancias actuales?

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