Las
celebraciones futboleras tienen en mí el efecto de provocar la
reflexión sobre el comportamiento social en éste país; fué la anterior
Copa de Europa ganada por el Real Madrid hace doce años, la que ya me
hizo pensar en qué otro motivo podría convocar a medio millón de
personas en la calle. Entonces debíamos estar en la cresta de la ola
pero ahora, ya sin agua, la receta increíblemente sigue siendo la misma:
pan y circo.
Así
pues, no nos preocupemos: los problemas que no se hayan solucionado al
ganar el Real Madrid la décima Copa de Europa, los resolverá la
selección nacional al ganar el mes próximo el segundo título mundial. Al
haber menos pan, pues más circo.
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