La Conferencia Episcopal española considera necesario hacer presente en la escuela el saber científico, orgánico y estructurado de la fe, en igualdad académica con el resto de los demás saberes. El uso de adjetivos es gratis, pero por mucho que "vistan" una frase, hay veces que chirrían hasta ensordecer, y éste es un caso.
La fe -cualquier fe- tiene muy poco que ver con la ciencia, ni con la metodología, precisión y objetividad que le son propias. Ni parece que la fe sea corpórea, química o relativa al ámbito de una organización, por lo que es difícil que sea orgánica. Tampoco la fe ayuda mucho a comprender la distribución y orden de las partes de que está compuesta -si es que la fe pudiera descomponerse en partes-, por lo que difícilmente podremos hablar de un saber estructurado. No he hecho más que recurrir al diccionario de la RAE para asegurarme del significado de cada uno de los improcedentes adjetivos utilizados.
Es evidente, también, que tratar de imponer el conocimiento de la fe en igualdad académica con el resto de saberes humanos es una absoluta aberración. Y esta vez sí: una aberración científica, orgánica y estructurada.
La fe -cualquier fe- tiene muy poco que ver con la ciencia, ni con la metodología, precisión y objetividad que le son propias. Ni parece que la fe sea corpórea, química o relativa al ámbito de una organización, por lo que es difícil que sea orgánica. Tampoco la fe ayuda mucho a comprender la distribución y orden de las partes de que está compuesta -si es que la fe pudiera descomponerse en partes-, por lo que difícilmente podremos hablar de un saber estructurado. No he hecho más que recurrir al diccionario de la RAE para asegurarme del significado de cada uno de los improcedentes adjetivos utilizados.
Es evidente, también, que tratar de imponer el conocimiento de la fe en igualdad académica con el resto de saberes humanos es una absoluta aberración. Y esta vez sí: una aberración científica, orgánica y estructurada.
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