Los dictadores y autócratas tienden a querer convencer al resto de
los humanos de que sólo responden de sus actos ante el Altísimo, la
divinidad o el más allá. Así sucedía con los reyes preconstitucionales e
incluso con el mismísimo Franco que se autodenominó "Caudillo de España
por la Gracia de Dios".
En la tan comentada entrevista a Jose María Aznar, éste, ante la
pregunta directa sobre su posible vuelta a la política activa dijo,
textualmente, "cumpliré con mi responsabilidad, mi conciencia, mi partido
y mi país". Por ese orden: primero -el burro delante para que no se
espante- dos veces yo, y luego dos mis, que me alarma que el último sea
un mi que forzosamente comparto: el país. Sólo le faltó añadir que él sólo responde
de sus actos ante Dios.
Coincido con quien ha señalado
como patológico el ego del señor Aznar: tiene que hacérselo mirar porque
cualquier día le va a reventar y va a tener un disgusto.
http://elpais.com/elpais/2013/05/24/opinion/1369392081_496124.html
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