Puedo estar más o menos de acuerdo con algunos puntos de lo expuesto por Carlos Oliva en ésta sección de Cartas al Director (La bandera de la República), pero discrepo radicalmente de su afirmación de que la tricolor, más
que movilizar hacia la República del futuro, está suponiendo un freno
para mucha gente que la identifica con cierta idea de vuelta atrás,
hacia una época que todos nos empeñamos en olvidar.
No creo que
todos -yo no, al menos- estemos empeñados en olvidar una época en la que se dió un deseo generalizado de modernización de éste país; analizar las
causas por las que se frustró ese deseo y el sufrimiento que conllevó
esa frustración es cuestión aparte y también digna de estudio. Y no
tengo empeño en olvidar, entre otras cosas porque, como ya dijo Marco
Tulio Cicerón poco después de Aristóteles, "quien olvida su historia está condenado a repetirla";
que esto último parece ser algo en lo que sí nos hemos empeñado últimamente. Sobre
colores -una vez eliminados por consenso toros y coronitas- seguro que
podríamos ponernos de acuerdo: nos jugamos cosas más importantes.
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