
No creo que
todos -yo no, al menos- estemos empeñados en olvidar una época en la que se dió un deseo generalizado de modernización de éste país; analizar las
causas por las que se frustró ese deseo y el sufrimiento que conllevó
esa frustración es cuestión aparte y también digna de estudio. Y no
tengo empeño en olvidar, entre otras cosas porque, como ya dijo Marco
Tulio Cicerón poco después de Aristóteles, "quien olvida su historia está condenado a repetirla";
que esto último parece ser algo en lo que sí nos hemos empeñado últimamente. Sobre
colores -una vez eliminados por consenso toros y coronitas- seguro que
podríamos ponernos de acuerdo: nos jugamos cosas más importantes.
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