Recién llegado a la presidencia del gobierno el señor Rajoy, sacando pecho, anunció que lo único que se subía en estos tiempos de dificultad y recortes eran las pensiones. Habría que aclarar que la subida ha resultado tan exigua que en numerosas ocasiones su aplicación ha supuesto un "crecimiento negativo" -el oxímoron de moda- en el cobro efectivo de la pensión, al superar el incremento del descuento por IRPF de la nueva retribución a la teórica subida.
Pues bien, casi no han transcurrido los cien días de gracia para el nuevo ejecutivo cuando éste anuncia la implantación del denominado "copago" -diciendo que no lo es- en los medicamentos, que supondrá, en el caso de los pensionistas, el pago de un 10% del importe de los medicamentos que se les prescriban. Es evidente que a ese sector de la población se dedican muchos de los recursos farmacéuticos por razón de su edad, pero sabiendo que más de la mitad de ese colectivo supera escasamente los 600 euros de pensión es muy difícil seguir titulando justas -a no ser que se trate de otro oxímoron- a medidas como ésta.
Y puesto que el actual ejecutivo basa la justificación de todos los recortes en servicios públicos y derechos sociales en la mayoría absoluta que los españoles -y el sistema electoral- le han otorgado, yo sugeriría a los pensionistas que, si quieren defender sus derechos, la vía más corta sería votar a un partido de pensionistas, que con nueve millones, sería seguramente el que más votos conseguiría en este país. Y luego, desde el gobierno, decidir sobre justicia y prioridades.
Pues bien, casi no han transcurrido los cien días de gracia para el nuevo ejecutivo cuando éste anuncia la implantación del denominado "copago" -diciendo que no lo es- en los medicamentos, que supondrá, en el caso de los pensionistas, el pago de un 10% del importe de los medicamentos que se les prescriban. Es evidente que a ese sector de la población se dedican muchos de los recursos farmacéuticos por razón de su edad, pero sabiendo que más de la mitad de ese colectivo supera escasamente los 600 euros de pensión es muy difícil seguir titulando justas -a no ser que se trate de otro oxímoron- a medidas como ésta.
Y puesto que el actual ejecutivo basa la justificación de todos los recortes en servicios públicos y derechos sociales en la mayoría absoluta que los españoles -y el sistema electoral- le han otorgado, yo sugeriría a los pensionistas que, si quieren defender sus derechos, la vía más corta sería votar a un partido de pensionistas, que con nueve millones, sería seguramente el que más votos conseguiría en este país. Y luego, desde el gobierno, decidir sobre justicia y prioridades.
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