martes, 11 de octubre de 2011

Estrategias

 

Ante lo abultada que se pronostica la goleada del PP sobre el PSOE en las próximas elecciones generales, ya ha habido quien ha aconsejado -ignoro si de buena fe- al candidato del PSOE estrategias desesperadas, tal como la de presentarse directamente de perdedor -underdog, perro apaleado- con la esperanza de despertar la simpatía por el débil, promoviendo para sí el voto de todos aquellos amantes de causas desesperadas o imposibles.
Además de que no veo a Rubalcaba en semejante tesitura, creo que tal
estrategia -como casi todos los productos de la desesperación- sería inútil. De no ser así, IU no habría pasado de dos millones y medio de votos y 21 diputados en 1996 a menos de un millón de votos y dos diputados en 2008. Más apaleados, imposible.
Y si lo que se busca es una estrategia realmente desesperada -pero novedosa-, podría Rubalcaba probar a guardar un mutismo aún más impenetrable y absoluto que el de Mariano Rajoy sobre las propuestas concretas para encarar el futuro del país, poniendo cara de póker cuando alguien le preguntara sobre el tema. Puede que algunos solventaran su perplejidad entre dos esfinges tirando una moneda al aire.

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