miércoles, 6 de octubre de 2010

Nostalgia

Para el obispo emérito de Mondoñedo-Ferrol, José Gea, la democracia está degenerando en un totalitarismo sin barbarie pero que también es nocivo y perjudicial para el ser humano. Está claro que para él, lo auténtico y genuino debe ser el totalitarismo con barbarie, como el que la iglesia católica he venido ejerciendo a lo largo de los siglos, desde las Cruzadas en la Edad Media, pasando por la Inquisición, hasta llegar a la dictadura de Franco, que obtuvo para su moderna cruzada la bendición de la jerarquía católica española, aunque ello supusiera -en las propias palabras del dictador en esa época- liquidar a la población de media España. Parece que todo ello también resultó, finalmente, un poco nocivo y perjudicial para los seres humanos que lo sufrieron. Abunda el señor obispo diciendo que mediante la sacralización de la mayoría, los Parlamentos se erigen en oráculos de verdad, generando un positivismo jurídico abusivo y disolvente que restringe o limita derechos fundamentales como el derecho a la vida o a la libertad de expresión, de enseñanza y religiosa. También esto lo tiene claro, para él, lo suyo es sacralizar la opinión de la iglesia católica y que sea éste el único oráculo de verdad, con poder para restringir o limitar los derechos humanos que estime convenientes. En fin, todo como antes.

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