lunes, 25 de octubre de 2010

Las formas y el fondo

 I

El vicesecretario de Comunicación del PP, el señor González Pons refiriéndose al nuevo vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba ha manifestado -en el colmo del ingenio- que "se le está presentando como el delfín, pero más que el sucesor va a ser el liquidador; es el del fin, escrito separado". Hace poco también dijo, recordando a Gila y refiriéndose a él que "alguien está suplantando la función de alguien de forma gravísima", dibujándole como un maquiavélico inquisidor que utiliza las fuerzas de seguridad del Estado como si fueran su guardia personal. No sé si desde el PP son conscientes que estas descalificaciones con tendencia a la injuria y a la chabacanería en referencia a sus adversarios políticos, habituales en Dolores de Cospedal, Esperanza Aguirre, Soraya Saéz de Santamaría, González Pons -no nos olvidemos a este respecto del ejemplar León de la Riva- etc.,  puede ser que enfervoricen a los suyos, pero seguramente predisponen en contra a los neutros. Y lo que es peor, habrá quien acabe convencido de que no son sólo las formas, si no de que lo que muestran es el fondo del PP; su verdadera naturaleza.

 http://www.elpais.com/articulo/opinion/boca/muere/pez/elpepiopi/20101025elpepiopi_7/Tes

 II

Parece que una de las justificaciones de la reciente crisis de Gobierno ha sido procurar una mejora en la capacidad de explicación a la ciudadanía de la necesidad de las duras medidas adoptadas, de su inevitabilidad. Según declaraciones del reciente vicepresidente del Gobierno "si la política no se explica a la sociedad, no funciona", frase que me deja en la duda de si lo que no funciona es la política, la sociedad, o la solamente la comunicación entre ambas. El presidente del Gobierno ha creído oportuno mejorar la capacidad pedagógica y didáctica de su Gobierno ante la ciudadanía, y eso es positivo. Pero igualmente parece que insistirá en que sus decisiones han sido las mejores y prácticamente las únicas que resultaba posible tomar, y eso es negativo, por incierto. Que todas las medidas adoptadas tengan como objetivo garantizar nuestra solvencia para que los mercados -esa entelequia semidivina- nos continúe prestando dinero barato con que continuar viviendo por encima de nuestras posibilidades no es más que pan para hoy y hambre para mañana mientras no se aborden de forma profunda y con sentido de Estado las carencias estructurales de nuestra economía. ¿Que ocurre con la Ley de Economía sostenible, con el paro juvenil, con el Plan Energético nacional, por ejemplo?. A ver si eso también nos lo explica este Gobierno. Porque está bien que se cuiden las formas, pero lo importante es el fondo.

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