lunes, 7 de septiembre de 2009

Besos y tabaco


La ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, en su confeso ánimo dialogante, consensuador y "políticamente correcto", a veces se excede. Queriendo quedar bien con todos, es muy probable no quedar bien con nadie, finalmente. En la entrevista de El País Semanal del pasado 6 de Septiembre y a la pregunta de si la ministra besa -socialmente- leo la respuesta: "Bastante. Ja, ja, ja. La campaña de sanidad no dice nada de los besos, esa ha sido la campaña del Colegio de Médicos de Madrid". Pues bien, no hay más que consultar la página web del Ministerio de Sanidad que informa sobre la gripe A (http://www.msc.es/servCiudadanos/alertas/recomendaciones.htm) para leer en ella como recomendación:"Evitar los besos y contacto muy cercano, y no compartir objetos (vasos, cubiertos...), que hayan podido estar en contacto con la saliva o secreciones". "¿Por qué?", añade a modo de cuestionario catecumenal, "para prevenir el contagio a través de gestos de cortesía y de los objetos de uso cotidiano", se autorresponde.
En otra de las preguntas de la entrevista sobre la ley del tabaco, la ministra dice que se "está estudiando el desarrollo de la ley que prohíba fumar en todos los espacios públicos, que todo el que quiera pueda fumar tan sólo en los espacios privados o en la calle". ¿Es la calle un espacio público o privado?. Si es público, como creo, ¿no sería mejor -y más sencillo- restringir la posibilidad de fumar tan sólo a los espacios privados? Sobre todo, porque los fumadores suelen confundir o extender el concepto de calle a los espacios públicos abiertos -los andenes de las estaciones, por ejemplo- con lo cual fumamos todos, públicamente.

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