¿Exageración?; no lo creo. Dos ejemplos, uno ya historia de la manipulación en los medios y otro de plena actualidad pero que va camino de convertirse en uno de los hits a ser recordados en ese mismo terreno; ambos tan burdos que hacen que pueda cuestionarse su utilidad como tal herramienta manipuladora si no fuera porque...si no fuera porque, efectivamente, hay tantísimo tonto al que casi no hay necesidad de convencer, sólo proporcionar carnaza a su cerebro previamente desinformado y convencido de que es cierto eso de que la verdad es aquello que se elige creer.
El primer ejemplo es el denominado informe PISA que, para empezar, difícilmente podría considerarse informe a una colección de notas de prensa con origen en un medio -OK Diario- que representa en sí mismo la síntesis y paradigma de un medio al servicio de unos clarísimos intereses políticos -cosa totalmente legítima- pero ajeno totalmente a la idea de un medio destinado a proporcionar una información veraz, contrastada e independiente y -además- financiado con fondos públicos, cosas ambas que ya no son legítimas. Este informe fue aparentemente elaborado a medias entre este medio y la denominada policía patriótica -un grupo alegal creado en el seno de la Policía Nacional en la etapa como ministro del Interior de Jorge Fernández Díaz- grupo encargado, supuestamente, de perseguir a adversarios políticos del PP, allá por 2016. El informe era tan burdo -en realidad una colección de fotocopias de documentos manipulados o directamente creados- que no tuvo el más mínimo recorrido judicial; la Audiencia Nacional rechazó de forma contundente la denuncia basada en él y presentada contra Podemos por una asociación política -instrumento necesario- denominada Unión Cívica Española-Partido por la Paz, Reconciliación y Progreso de España; existen numerosos indicios de que la policía patriótica participó en la elaboración del informe PISA (puede que el ingenioso acrónimo de Pablo Iglesias Sociedad Anónima sean otro de sus méritos).
El segundo ejemplo, a cuenta del caso Rubiales -todo él puro esperpento machista- es la manipulación de la imagen que documenta el abuso que supuso el beso no consentido de Luis Rubiales a la jugadora de la selección femenina de fútbol Jennifer Hermoso. Y la manipulación es tan burda -imposible, a decir verdad, por una serie de motivos, entre otros el no coincidir con el vídeo grabado simultáneamente y que es imposible que una mujer pueda levantar en vilo a un hombre y mantener esa postura- que en la imagen aparece un tercer pie de Rubiales -detrás del pie izquierdo de la infanta Sofía- pie que es el original en la fotografía verídica y que al inexperto manipulador se le olvidó borrar; lo que viene a ser un fake, fake.
La conclusión o pregunta final sería ¿es rentable -en ambos casos- todo ese trabajo -que lo es, aunque no de muy buena factura- para constituir pruebas que más pronto que tarde se comprobará que son falsas? Imagino eso entra en el plan de los falsificadores, su única baza es mantener por un tiempo en ebullición mediática a todos aquellos desinformados que han elegido su verdad (la elegida por esos medios manipuladores, por delirante que pudiera parecer esa verdad); lo que ocurra transcurridos días, semanas o meses no les preocupa gran cosa (sobre todo si tienen prometida impunidad por sus actos delictivos), juegan en el terreno de lo inmediato: cuentan con que cualquier caso, por grave que sea, tiene una pervivencia social de días (la que lo medios decidan dedicarle) (*).
Y hasta aquí una breve ilustración de lo que son las noticias falsas (fake news) con dos ejemplos.
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(*)...en el segundo ejemplo parece que el tiempo ha sido aún más breve de lo calculado.
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