martes, 12 de julio de 2022

Un nuevo test de corrupción

Por ver el aspecto positivo al escándalo mediático relativo a la dilatada guerra sucia -muy sucia- contra Podemos que subyace en todo el montaje -fundamentalmente contra Pablo Iglesias; por recordarlo, el denominado informe PISA responde a las siglas derivadas de Pablo Iglesia Sociedad Anónima- y que finalmente ha salido a la luz mediante la publicación de unas grabaciones entre el ex-comisario (y espía/mafioso multipropósito) Villarejo y el sedicente periodista García Ferreras; por ver el aspecto positivo -los negativos son numerosos y evidentes- ya digo, es que ya disponemos de un nuevo test de corrupción del mismo estilo que el obtenido a raíz de la huída de España del aún denominado rey emérito.

Por recordar el estribillo utilizado en la entrada anteriormente citada: toda aquella fuerza política, institución, medio de comunicación o persona que exima, relativice, aminore, contextualice o utilice algún grado de disculpa en la intoxicación y desinformación derivadas de la esencial manipulación de ciertos medios de información -la mayoría, desgraciadamente- con la clara intención de desvirtuar lo poco que pudiera quedar de democracia real, es firme sospechoso de pertenecer a ese entramado que acerca a un país, a un Estado, a la categoría de fallido: la corrupción sistémica. En este sentido basta con recontar los medios que a fecha de hoy, han condenado (es más eficiente mencionar los que lo han hecho que los que han permanecido en el más absoluto de los mutismos) lo que evidencian las mencionadas grabaciones:  varios medios radicados en Cataluña y el País Vasco y -sorprendentemente- la cadena SER (sorprendente porque la periodista que contribuyó principalmente a crear el entramado  lawfare contra Podemos aún pertenece a ese medio); el resto un clamoroso silencio al respecto, o peor, más manipulación como la generada por  la agencia EFE o la propia TVE, ambas, recordemos, empresas públicas de información.

Podríamos mirar hacia otro lado intentando evitar la angustia de vivir en este país, pero este es el panorama; mejor la amargura de la realidad que la ignorancia. En todo caso, hay una frase de aquí que intenta procurar consuelo ante grandes desastres: Más se perdió en Cuba; y por recordar y aprender algo de la historia: esa pérdida debemos agradecerla en buena medida al magnate de la prensa amarilla Randolph Hearst, que promovió esa guerra con sus propios medios. Ya hace más de un siglo existía la manipulación mediática.

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