Pírrica es una denominación que, además de su significado adjetivando la victoria, tiene en nuestro idioma -de forma concomitante- algo de ridículo, de frágil, de predestinado finalmente a la derrota, a una derrota con su propio nombre. Todos los mencionados líderes Tory dimitieron de su cargo al poco tiempo de ganar la moción de censura a que fueron sometidos.
Johnson, en su intento de huída hacia delante -o de distraer del significado de su pírrica victoria- ha manifestado que lo que se debe hacer es centrarnos en las cosas que creo que realmente le importan a la gente; lo cual siempre es una magnífica idea viniendo de cualquier mandatario -aunque lo suyo creo que también le importa a la gente- pero no sé si va a tener tiempo de ponerla en práctica.
En este país hubiera sido otra historia: para algo les sirve a los británicos la práctica de una democracia de una calidad algo mejor que la nuestra. Aquí, lo más parecido ha sido el proceso mediante el cual Pablo Casado fué desalojado del liderazgo del PP; que cada uno establezca los paralelismos que crea oportunos.
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