Ese tiempo vacío, de espera,
abundante y espeso;
ese tiempo de sucesos, contrariedades y alegrías,
breve, incandescente, incomprensible;
el tiempo, sólo el tiempo,
me angustia, me mortifica, me ocupa;
que sólo mis quimeras
hacen que olvide el tiempo por un tiempo,
en ese nebuloso entretiempo de lo cotidiano.
El tiempo, sólo el tiempo
ha de acabar conmigo
en el sarcasmo final: muerto por alguien que huye.
Precioso y, para mí, evocador poema del existir. ¿Es tuyo o de algún escritor del aware?
ResponderEliminarGracias por compartirlo.
...total y personalmente responsable ;-); puse el enlace final por ligarlo a esa capacidad japonesa que supone la sensibilidad ante la belleza de lo efímero. (Cultivo -torpemente- el haiku; a los vagos nos es muy ventajoso que esté tasado y sea breve).
ResponderEliminarMe alegro de que te guste, y gracias por comentar.
Pues me alegro de que sea tuyo. Ya lo había guardado, pero ahora tiene, aún, más valor para mí.
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