miércoles, 6 de marzo de 2019

Feminismo liberal


La semiología y la semántica son ciencias porque las relaciones entre signo, significado, mensaje y lenguaje no son algo simple o sencillo; hay quien ha dedicado tiempo y esfuerzo metodológico  en analizarlas.
Ya mucho antes de Orwell en su distopía 1984, donde el gobierno del INGSOC utilizaba para conducir a las masas lemas tales como Guerra es Paz, Libertad es Esclavitud, Ignorancia es Fuerza, y también antes de los 11 principios de la proganda de Goebbels, la apropiación del significado de las palabras ha constituído, desde siempre, el primer campo de batalla de cualquier confrontación ideológica y/o de intereses entre los seres humanos; recordando a Gramsci: La realidad está definida con palabras. Por lo tanto, el que controla las palabras controla la realidad.
Ahora, en Ciudadanos quieren reinventar el término feminismo que, recordémoslo, como concepto es anterior al movimiento sufragista del  siglo XX; ya Mary Wollstonecraft -la madre de Mary Shelley, la autora de Frankenstein- publicó en 1792 la Vindicación de los derechos de la mujer y, concretamente en España, existió el denominado sufragio pasivo desde la Constitución de 1812 (sí, la Pepa), que aunque sólo reconocía el voto para el hombre (situación que se mantuvo hasta 1.933), igualmente reconocía el derecho de la mujer a formar parte del parlamento español: la mujer no podía votar, pero sí ser votada; los liberales de entonces tenían poco que ver con los de ahora salvo, precisamente, el nombre. Pues bien, en Ciudadanos, como son tan modernos, han querido ir más allá -girando simultánea e inadvertidamente 180 grados- y han inventado un nuevo concepto: el feminismo liberal, con el cual desvirtúan -en realidad niegan- en un alarde casi Ingsocista, el significado de ambas palabras. Para ello han elaborado nada menos que todo un decálogo -qué menos que diez- cuyo contenido ha explicado pormenorizadamente a los seguidores de Ciudadanos su Moisesa, Inés Arrimadas, en un tono argumental que me ha recordado, no sé porqué, el usado por los curas en los  ejercicios espirituales. Como ya hay -mujeres, sí- quien ha desmontado uno por uno los puntos del decálogo -no era muy buena la piedra de estas tablas- no me queda sino recordar el dato que creo fundamental para superar la propaganda de esta neoliberalidad: las mujeres constituyen la mitad -algo más- de la humanidad. Y siendo cierto igualmente que en esta humanidad hay muchos más personas pobres que ricas, la mujer tiene un doble incentivo para luchar contra la desigualdad global por el hecho de ser mujer y, por tanto, en su mayoría, doblemente desigual.
Por cierto, en el concepto de feminismo liberal que defiende Ciudadanos cabe la gestación subrogada que, tampoco sé porqué, me recuerda Una modesta proposición, de Jonathan Swift. En moderno, estilo Ciudadanos.

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