sábado, 23 de abril de 2016

Por los suelos

Parece que, finalmente, alguien -de los que pueden evitarlo- se ha dado cuenta de que las cáusulas suelo que incluían muchas de las hipotecas en éste país, no sólo eran poco estéticas, sino también poco éticas o, directamente, ilegales, por cuanto tenían más de usura o préstamo mafioso que de préstamo bancario.
Sigue siendo de curso legal, sin embargo, el suelo de votantes con que cuenta el Partido Popular, estimado entre un 27% y un 30% del total del electorado. Al parecer, nada puede taladrar ese suelo de cemento armado -del mismo material con que parece estar hecho el rostro de muchos de sus dirigentes- sobre el que continúa bailando el PP; ni corrupciones, ni incumplimientos electorales, ni burdos engaños o manipulaciones de la realidad: parece que ese partido siempre tendría asegurado casi un tercio del total de votantes -haga lo que haga- lo que, en virtud de nuestro sistema electoral vigente, siempre lo dejaría con un sólido grupo de bloqueo en la mayoría de organismos y ante la posible -y necesaria- reforma de leyes fundamentales.
Por otra parte, de recientes estudios y sondeos (http://www.eldiario.es/tribunaabierta/anuncio-nuevas-elecciones-techo-PP_6_487211312.html , http://www.publico.es/politica/nuevas-elecciones-oportunidad-dar-vuelco.html) se deduce que una alianza de izquierdas (Podemos más IU y otras fuerzas progresistas, excluído, naturalmente, el PSOE) se quedaría cerca (a medio millón) de los votos que obtuviera el PP en unas hipotéticas próximas elecciones. Si no lo quieren llamar Frente Popular -denominación que aún siendo la más apropiada, posiblemente resultara intranquilizadora- que lo llamen como quieran, o que se organice un concurso para elegir el nombre. Pero parece evidente la necesidad de tal alianza para quebrar con su peso el suelo del PP, que vá camino de convertirse en eterno, y, como el empedrado del infierno: lleno de buenas intenciones, pero igualmente repleto de sufrimiento para los que lo habitan.

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