miércoles, 21 de agosto de 2013

Opinando desde la CEOE

El presidente de la CEOE, Juan Rosell Lastortras, vicepresidente que fué también de CEOE como segundo del inefable Díaz Ferrán -hoy retirado en una institución de reposo- y que ya en fecha tan antigua como 1979 publicó un libro titulado España, dirección equivocada -nos pronosticó el desastre con tiempo suficiente para enmendarnos-, seguido de otro en 1982 titulado Crear 80.000 empresarios -en la construcción, por ejemplo- para finalizar con un tercero, en el año 2000  titulado El reparto del trabajo: el mito y la razón, prosigue amenizándonos de cuando en cuando el café -si aún nos quedara para café-  con sus etéreos vaticinios y "ostentóreas" -que decía un prototípico empresario- opiniones. 
Ahora nos informa que "quitar a los contratos fijos esos privilegios, por llamarlos de alguna manera, daría lugar a un mercado laboral sin diferencias entre indefinidos y temporales, en contraste con el mercado de trabajo, absolutamente dualizado". O sea, que según él, este país necesita de la puesta en práctica de esa teoría tan cara a los empresarios desde el comienzo del capitalismo de igualar a todos los trabajadores, pero a la baja: "fexibilidad" total, trabajadores sin derechos que incomoden la libre expresión de un capitalismo absoluto y absolutista. Eso sí, a renglón seguido ha afirmado -se nota que estudió con los jesuitas- que "quienes se quedan en el desempleo deben recibir la ayuda mínima y necesaria para seguir sobreviviendo", aunque lo cierto es que no ha cuantificado cuanto es para él una ayuda mínima ni lo que él entiende por sobrevivir. Pero parece olvidar que la caridad no es necesaria cuando existe justicia social, y ésta sí que es necesaria, incluso desde el punto de vista económico. Todo un personaje -por llamarle, también, de alguna manera- el señor Rosell.

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