jueves, 29 de agosto de 2013

El fondo y la forma

El presidente de Francia, François Hollande, ha declarado que "Francia está dispuesta a castigar a quienes gasean inocentes". ¡Menuda es Francia!. Porque más allá de personalizar en un ente abstracto como pueda ser un Estado o una Nación los deseos de alguien más concreto como puedan ser los dirigentes políticos de ese Estado o Nación, persiste el hecho de la excusa con la que, al parecer, pretenden justificar las potencias occidentales -EE.UU., Reino Unido y Francia- la intervención militar en Siria: el uso de armas químicas. ¿Es que es menos "castigable" que se masacre a la población por medios convencionales?, ¿no han muerto ya muchos inocentes civiles sirios por balas, explosiones e incluso degollados?, ¿son más "humanos" -como la guillotina- estos últimos métodos de matar?.
Es cierto, como aduce Hollande, que las armas químicas están prohibidas por la comunidad internacional desde hace más de 90 años, pero ¿evitó eso que EE.UU. las utilizara masivamente en la guerra de Vietnam?. Y ya que vá de prohibiciones, ¿porqué no propone el señor Hollande que se logre un acuerdo internacional para prohibir  -y que se cumpla la prohibición- la posesión de armamento nuclear, siendo Francia un país que pertence al selecto y reducido grupo de países que disponen en su arsenal de ese terrorífco medio de destrución masiva?. Que ese sí que mata más. Y más deprisa, sin discriminar a los inocentes del resto.

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