"Asumo que a los españoles les importan los
resultados, el bienestar", nos dice el señor presidente del gobierno
resumiendo su año de mandato y a mí se me abren -más- los ojos.
Afortunadamente al parecer ya no se nos va a pedir más confianza y
paciencia porque hasta él se ha dado cuenta que mucha ya no nos queda,
pero vuelve a la carga, y, a la que me descuido, sí pide "más comprensión y
solidaridad". Mis párpados están al límite del encogimiento cuando el
señor Rajoy remacha diciendo que sin las reformas -el las llama así- la
situación sería "insoportable e insostenible" y que si no llega a ser
por él...
A punto del síncope y con los ojos
desorbitados, he alcanzado a ver de refilón un calendario. ¡Acabáramos!,
hoy 28 de Diciembre es del día de los Santos Inocentes: es que no
aprenderé nunca. Pero creo que el señor presidente del gobierno peca de
optimista si cree que a los españoles aún somos mayoritariamente tan
inocentes, aunque siempre haya algún despistado como yo.
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