El presidente de la patronal madrileña CEIM y
vicepresidente de la nacional CEOE, Arturo Fernández, al declarar como
imputado en el caso Bankia, entidad de la que fué consejero, no ha
tenido mejor ocurrencia que presentarse como víctima y comprador junto
con su mujer de 60.000 euros en acciones de la entidad, tras afirmar sin
despeinarse que junto con el resto de consejeros, aprobó las cuentas
que suponían el reconocimiento de un "agujero" de 2.979 millones de
euros, "para quitárselas de encima", reconociendo no tener los
conocimientos técnicos necesarios para ejercer el control financiero de
la entidad. Habría que recordar que de esos 2.979 millones de pérdidas, 19 millones lo eran en concepto de salario de la alta dirección y retribución de los consejeros de las entidades que formaban Bankia, tuvieran o no esos consejeros los adecuados conocimientos técnicos para cumplir su función. También habría que recordar que por esas mismas fechas -Mayo de 2012-, el señor Fernández hacía las
siguientes declaraciones: "Bankia está saneada. Va a cumplir sus
objetivos y su 'core capital' sin ningún problema" que, a la vista de lo
que ahora sabemos por su boca, o bien mentía directamente o bien ni
sabía lo que estaba diciendo.
Es este señor Fernández la misma persona
que no hace mucho proponía el fin del "café para todos" como
fórmula para acabar con la crisis. Que digo yo que a algo más que al
café debería renunciar él mismo para pagar sus responsabilidades en
Bankia.
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