martes, 9 de agosto de 2011

¿Existe Europa?

La pregunta así planteada en el buscador Google nos presenta 85.200 posibles respuestas en 0,05 segundos, parece que no soy el primero en tener esa duda. He oído hoy a Emma Bonino -y creo que sabe de lo que habla- reiterar dos de las carencias fundamentales en la construcción europea: en primer lugar, la falta de voluntad política de los Estados miembros en la adopción de una política fiscal y económica común, y, en segundo lugar, una lentitud exasperante en la adopción de medidas, aún de las urgentes, como consecuencia de una gestión y ratificación multiestatal; ambas carencias pueden resumirse en una: falta de órganos e instituciones europeos realmente decisores, que impiden a todos los niveles -político, económico, diplomático- que Europa tenga el peso internacional que le corresponde. Y mientras esto no se subsane, Europa seguirá siendo poco más que un concepto "geográfico", como remarcaba la siempre lúcida y directa señora Bonino. Y los mercados continuarán a lo suyo, ignorando tanto proclamas de solvencia como rescates.

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