Aunque el sistema capitalista ha producido de siempre notorias desigualdades por el inevitable acúmulo de riqueza en una minoría basado en la explotación de la mayoría restante, se he valido casi desde sus inicios de la argumentación de que una vez ahítos los ricos, las migajas y las sobras alimentarían a los pobres mejor que un sistema basado en el reparto de la riqueza, que según los defensores del sistema capitalista sería más bien el reparto de la pobreza. Son tan bellas en su sencillez algunas fórmulas que todos estamos dispuestos a aceptarlas como verdaderas, por más que ésta se base en una premisa que reiteradamente se haya mostrado falsa: no existe el concepto hartura en el capitalismo, es como un mosquito chupando sangre, que a veces revienta, pero no por ello deja de chupar. Pero lo dicho, como la fórmula es tan bella estamos dispuestos de nuevo a creérnosla: parece que según algunas encuestas, la ciudadanía prefiere que gobierne el PP únicamente porque cree que un gobierno de derechas logrará que los empresarios que actualmente sabotean al gobierno de Rodríguez Zapatero, saquen finalmente su dinero y se animen a invertir, creando el empleo que nos haga finalmente salir de la crisis. Esperanza Aguirre llama a esto un Gobierno -del PP, naturalmente- business friendly, es decir, amigable con los empresarios, como si el actual gobierno no lo hubiera sido. Parece que continuamos siendo un país cuya idiosincrasia nos hace proclives a creer en milagros. O será la necesidad.
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