martes, 11 de agosto de 2009

La ley del mínimo esfuerzo


Si nos fijamos un poco, la ley del mínimo esfuerzo es de aplicación universal, y no sólo en el mundo físico donde los procesos naturales se llevan a cabo con el mínimo gasto de energía posible, si no también en la conducta del ser humano. Un caso paradigmático y digno de estudio es el comportamiento actual de los dirigentes del PP al afrontar -o así- los recientes casos de corrupción que afectan a otros dirigentes o personas en puestos de responsabilidad de su partido. ¿Cual parecería ser el procedimiento adecuado para poder seguir basando su discurso en la ética y en principios morales reconocidos por todos? Supongo que una depuración preventiva y radical de todos los cargos con presunta implicación en redes de corrupción. ¿Porqué no es esa la política seguida por el PP? Parece claro, por la aplicación de la ley del mínimo esfuerzo. Ya lo han explicado desde el PP reiteradamente y, en esencia, el agumento es el siguiente: si nos siguen votando, todo es justificable, y además, aquí no ha pasado nada nuevo. Con un puñado de cuadros de medio pelo (alcaldes, etc.) como cabezas de turco, arreglado. Pero ¿que hacer con los molt honorables y asimilados?. Nada, eso es una conjura socialista-mediático-gubernativa, al estilo de las juedeo-masónico-comunistas de épocas pretéritas. Los votantes del PP tienen la palabra. Digo, el voto.

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