lunes, 5 de septiembre de 2016

Un poco justo

Si un funcionario no puede ser funcionario, ¿esto qué es?, nos dice, angustiado, el presidente del Gobierno en funciones, añadiendo, a propósito del nombramiento de Soria como Director Ejecutivo del Banco Mundial: ¿Qué se va a hacer? ¿Se le echa de España? ¿Te vas del Gobierno y no puedes volver a la función pública?. Finalmente, pidió que se sea un poco justo a la hora de valorar.
Puedo intentar responderse por orden a las retóricas preguntas del señor Rajoy; a la primera, informarle de que esto es un mamoneo, que, aunque es palabra que aún no aparece en el diccionario de la RAE, la podríamos definir como actuación basada en el amiguismo y al margen de las normas apropiadas ya establecidas. 
Respecto a si un funcionario no puede continuar siéndolo y al segundo grupo de preguntas, informarle de que los requisitos para desposeer a un funcionario de su condición y así como los supuestos de reingreso en el Cuerpo al que se pertenezca  están establecidas mediante la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público (Real Decreto Legislativo 5/2015, de 30 de octubre) como él mismo debería saber -¿no son éstas preguntas retóricas populismo barato?- a propuesta del Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, de acuerdo con el Consejo de Estado y previa deliberación del Consejo de Ministros presididio por él mismo el día 30 de octubre de 2015. En ninguno de los supuestos es necesario que abandone el país -haya estado, o no, en el Gobierno-, como sí ha ocurrido con muchos de los españoles -en su mayoría jóvenes- que se han visto forzados a hacerlo por falta de oportunidades de trabajo en España.
Y respecto a la recomendación de ser un poco justo a la hora de valorar, estoy de acuerdo: podría comenzar por aplicársela a sí mismo. A los demás, lo que nos queda ya un poco justo -varias tallas por debajo- es el propio señor Rajoy: hace tiempo que las costuras nos hacen llagas.

domingo, 4 de septiembre de 2016

Asemiología

Todavía recuerdo como el presidente de EE.UU. Bill Clinton se salvó in extremis de un impeachment (destitución) de su cargo como presidente debido al auxilio de una figura retórica -de retorcimiento del lenguaje, más bien- que permitía demostrar que el señor Clinton no había mentido -el motivo de fondo para pretender su destitución- al decir que no había mantenido relaciones sexuales con la joven becaria Mónica Lewinsky: la relación física impropia. Según ésto, la relación física impropia -sexo oral, según todos los indicios- no era lo mismo que mantener relaciones sexuales.
Al parecer,  el Banco Mundial tiene un código ético que es de aplicación a cargos directivos tal como el que ocupará el exministro Soria e, incluso, advierte a éstos directivos que deberán evitar conductas que puedan acarrear descrédito o apariencia de impropiedad, si bien el mencionado código no especifica nada concreto sobre la evasión de capitales o el manejo de dinero en paraísos fiscales, sobre todo si se refiere a conductas del pasado. Todo se reduce, pues, a encontrar palabras lo más inocuas posible que sustituyan a descrédito e impropiedad -atendiendo al precedente Clinton- que ya han previsto los rígidos guardianes del Banco Mundial encargados de velar porque sus directivos mantengan los más altos estándares de integridad en su conducta personal y profesional y observar los principios de buen gobierno, y, sobre todo, incidir en que de esas hipotéticas conductas hace mucho tiempo, para que el asunto quede zanjado.
La Semiología es una ciencia lingüística con gran futuro: tiene -básicamente- el encargo de dilucidar el significado de palabras y lenguajes, aunque también de gestos, conductas y comportamientos; estoy convencido que así como ahora la mayoría de los políticos tienen formación en Derecho, en el futuro serán, sobre todo, semiólogos titulados en una de sus disciplinas -aún por inventar-, la Asemiología: hablar -y, sobre todo, escribir- de continuo sin transmitir mensaje alguno no está al alcance de cualquiera y aunque en la actualidad ya tenemos mucho camino avanzado y gozamos de la inane verborrea de muchos políticos, son éstos asemiólogos instintivos, aficionados sin la actitud y el método profesionales que siempre proporciona una formación reglada.

sábado, 3 de septiembre de 2016

Las puertas continúan girando

La vicepresidenta del gobierno en funciones, Soraya Saénz de Santamaria ha asegurado desconocer la propuesta presentada por el Estado español para el cargo de Director Ejecutivo del Banco Mundial a ocupar por el exministro José Manuel Soria porque no es competencia de mi departamento.
Habría que recordar que entre los once cargos directivos que acumula actualmente la vicepresidenta del gobierno en funciones se encuentra el de la Vicepresidencia de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos, cargo que fué publicado en el BOE el 1 de Junio de 2013 (Real Decreto 385/2013, de 31 de mayo) y que fué visto en su día como una reacción a los intentos de creación de una vicepresidencia económica que Mariano Rajoy no quiso crear ya en 2011, a su llegada al Gobierno. Es el propio Rajoy el presidente de esa Comisión y quien preside normalmente sus reuniones. Es decir, sí es competencia de uno de sus departamentos.
La Comisión de Evaluación de candidaturas a las Instituciones Financieras Internacionales (IFIs) que ha propuesto para el cargo al exministro Soria -atendiendo al criterio de idoneidad y el historial de servicio público, así como la experiencia en las materias que corresponden- depende de la secretaría de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, aunque también participan la Secretaría de Estado de Comercio, la Secretaría General del Tesoro, la Dirección General de Análisis Macroeconómico y Economía Internacional y la Dirección General de Política Económica; la decisión sobre los candidatos se plasma en una resolución de la Secretaria de Estado de Economía que se remite a los organismos correspondientes. El comunicado oficial  con la noticia del nombramiento fué distribuído por el Ministerio de Economía a las 20:56 del día 2, dos minutos después de que se conociera que Rajoy perdía la votación para su investidura en el Congreso de los Diputados: una bomba con temporizador.
Cuando se produzca el nombramiento oficial de Soria (que debe votarse en el Banco Mundial, aunque no es habitual que se produzcan vetos por parte de los representantes de otros países) ocupará ese puesto por dos años (a partir del 1 de noviembre de 2016). El salario de este cargo era en 2015 de 252.720 dólares al año (unos 226.000 euros), libres de impuestos.
Como para Ciudadanos el pacto de investidura -con sus compromisos regenerativos- ya ha caducado, no creo que crean que éste asunto les atañe y, en todo caso, quizá tampoco consideren que éste sea un caso de corrupción política tipificado en sus compromisos. Habrá que preguntar entonces al ministro de Economía en funciones, o al presidente de la mencionada Comisión Delegada -que ahora tendrá algún ratillo para éstos detalles- si sabe algo de éste tema. 

viernes, 2 de septiembre de 2016

La opinión y los medios

Si tuviera que decidir si debemos tener un gobierno sin periódicos o periódicos sin gobierno, no dudaría en preferir lo segundo, opinaba Thomas Jefferson. Dos siglos después, el dilema se ha resuelto solo: parece que podemos prescindir de ambos y seguir vivos, de hecho, quizá más vivos. A la vista de las dos portadas de sendos medios de referencia en la comunicación impresa en éste país, la reacción imediata de cualquier inteligente lector de ella -alguno quedará- y que quiera formar su opinión en base a las respetables opiniones de otros, debería ser inmediata: dejar de autointoxicarse con las directrices de las entidades financieras que manejan esos medios (y la mayoría de la prensa) buscando alternativas independientes y que la actual tecnología permite (y que también todavía, el poder permite).
Esta degradación de los medios de comunicación tradicionales -de la prensa, en concreto- como formadores de opinión  va ligada en nuestro país directamente al Régimen del 78 y al bipartidismo, como puede deducirse -sin traducción, directamente- de lo expuesto no sólo en la portada, sino en los editoriales que últimamente pueden leerse en los medios mencionados (y prácticamente en el resto, con alguna leve matización coyuntural, regional o tradicional); la prensa es uno más de los pesebres financiados por una corrupción sistémica instaurada por éste bipartidismo, cómo ya ocurrió con el de la Restauración. Esta degradación de los medios tradicionales enlaza también directamente con el problema de la actual intelectualidad en éste país hasta el punto de ser considerado intelectual  cualquier persona que escriba -preferentemente libros- sin reparar en que, a menudo, ese no es un criterio de suficiencia -¿es, por ejemplo, Perez-Reverte, académico y todo, un intelectual?- y sin ninguna figura de referencia -como Ortega y Gasset, también por ejemplo- y el papel que  intelectuales de altura jugaron en el final de la Restauración.
En resumen, hay que procurar formar la propia opinión basándose en quien utiliza las tradicionales herramientas lógicas y discursivas con rigor, documentación y argumentación y, sobre todo, gozando de la imprescindible independencia. Porque sin la opinión formada de la ciudadanía sobre los asuntos públicos, la democracia no pasa de ser un bonito concepto en el que, realmente, cabe cualquier cosa. Hasta las más antitéticas a la propia democracia.

jueves, 1 de septiembre de 2016

El guiñol: Escena IX (uniendo los puntos)

Se equivocan los que bloquean, los que piensan más en intereses de partido o personales que en los españoles dijo el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, durante el acto de la sesión de investidura de Mariano Rajoy (acto de consecuencias tan previsibles -hasta ahora- que no creo que se justificara el tiempo empleado en comentarlo).
Aunque yo creo que los que se  equivocan son los que dicen pretender desbloquear pero para ello ponen como pretexto querer evitar que  se equivoquen  los que bloquean, los que piensan más en intereses de partido o personales que en los españoles, pensando, justamente, más en intereses de partido o personales que en los españoles; y ello no supone atribuírle un cinismo excesivo al señor Rivera, ya que él mismo ha reconocido que prefiere no tener credibilidad por el bien de España. Que no sé si el bien de España habrá crecido algo, pero la credibilidad del señor  Rivera creo que sí ha menguado, y no partía de muy alto. Aún así, insistió Rivera en su papel de consejero matrimonial de la vieja política, empeñado en que se hablen entre sí PP y PSOE y, en general, poniendo a todo el mundo a trabajar como ellos mismos -Ciudadanos- que son un no parar pactando a diestro y siniestro; bueno, a siniestro con moderación. Todo por España, un bis de la Escena III del guiñol, que siempre queda muy lucida (sin acento).
Este circunstancial -e interesado- monaguillo 2.0 del PP nos ha confesado que a él, a lo que le gustaba jugar -y parece que aún le gusta-  más que a encontrar las diferencias, era a unir los puntos. Ya nos contará lo que le sale, cuando termine. 
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P.S.: ...en la foto adjunta, mientras Rajoy está en ello, haciendo los deberes que les ha impuesto Ciudadanos, parece que la vicepresidenta -más espabilada- ya ha acabado la tarea, ha unido todos los puntos, y está conteniendo la risa, al ver el resultado...