jueves, 3 de febrero de 2022

Querencia

Creo que así como hoy podemos explicar toda  la vida que conocemos en base a los cuatro componentes o nucleótidos (A, T, C, G)  que conforman el ADN y el ARN, igualmente puede explicarse la historia, en base a unos pocos dilemas (amor-odio, empatía-egoísmo, etc.) que conforman la esencia del ser humano como ser social; no sé si también cuatro, pero no serán muchos los componentes esenciales; eso hace que entendamos tan bien a personajes históricos de hace cientos de años como si fueran actuales. Igualmente y a semejanza de la disposición helicoidal de esos cuatro eslabones básicos que constituyen las cadenas de la vida -y que también se muestra en la disposición y secuencia de las notas musicales- la historia viene a ser una repetición con variaciones de una espiral en el tiempo; si hacemos caso a Marx la historia se repite dos veces: la primera como tragedia, la segunda como farsa, pero yo creo que más bien se trata siempre de la misma tragicomedia reencarnada con reiteración budista.

Por ejemplo, si nos fijamos en este país, podemos ver que las semejanzas de su situación política actual con la de hace exactamente un siglo son algo más que casuales: estamos a final de  una etapa (1975- ) conformada por una segunda restauración borbónica que parece calcada de la primera (1874-1931). Aquella se basaba en una aparente democracia representada por dos partidos supuestamente representantes de la izquierda y la derecha: liberales y conservadores; el mismo papel reservado a PSOE y PP en la actual. Y es sabido que éstos vivían felices en su turnismo; tanto que a ambos se les trasluce el deseo perpetuo de volver a tiempos tan gustosos para ellos.

No pudo el PSOE, tras dos elecciones consecutivas en 2019 volver a esos tiempos felices y hubo de formar un gobierno de coalición con Unidas Podemos pero, a la que puede -querer siempre quiere- intenta volver a ellos o, en su defecto, a una geometría variable que le permitiera perpetuar el bipartidismo aún en su forma imperfecta (o sea, coexistiendo con más partidos). No de otra forma puede leerse el actual deseo del PSOE de lograr el acuerdo con partidos de la derecha para llevar a cabo sus políticas en contra de los deseos e intereses de sus actuales socios de gobierno. Pero no se puede estar en misa y repicando: o bien socios de gobierno para acordar y cumplir un programa que cubra objetivos comunes o bien geometría variable para pactar bilateral y alternativamente con unos y otros. 

Iba yo a tener razón cuando dije aquello de que contra la querencia no vale la ciencia (Querencia: inclinación o tendencia de las personas y de ciertos animales a volver al sitio en que se han criado o tienen costumbre de acudir).

Sólo recordar que si esta Restauración 2.0 sigue la cronología de la primera con un siglo exacto de demora, para 2023 tendremos dictadura y para 2031 República. Que no sé si desear o temer tanta exactitud.

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