Excelente -como en él es habitual- el análisis de Josep Ramoneda en su artículo de hoy en El País, El 9-N genuino; una frase lo resume: la política institucional quedó fragilizada por su falta de autonomía
respecto del capital y por su incapacidad para defender el interés de la
mayoría.
Todos aquellos que celebraron la caída del muro de Berlín como el fin de una tiranía basada en una utopía y pretendieron -y lo van consiguiendo- sustituir la política y la ideología por la administración del dinero, confiando éste a la plutocracia financiera como legítima depositaria de la única ideología posible, han propiciado un mundo más desigual; el resultado de esa desigualdad es un aumento de presión social del que se ignoran las consecuancias pero que, históricamente siempre ha acabado del mismo modo: en una explosión y posterior colapso. En esa tesitura de poco valdrán los muros, ya sean para impedir salir o para impedir entrar, como los que menciona Ramoneda que existen hoy, sustituyendo al muro de Berlín.
Todos aquellos que celebraron la caída del muro de Berlín como el fin de una tiranía basada en una utopía y pretendieron -y lo van consiguiendo- sustituir la política y la ideología por la administración del dinero, confiando éste a la plutocracia financiera como legítima depositaria de la única ideología posible, han propiciado un mundo más desigual; el resultado de esa desigualdad es un aumento de presión social del que se ignoran las consecuancias pero que, históricamente siempre ha acabado del mismo modo: en una explosión y posterior colapso. En esa tesitura de poco valdrán los muros, ya sean para impedir salir o para impedir entrar, como los que menciona Ramoneda que existen hoy, sustituyendo al muro de Berlín.
http://elpais.com/elpais/2014/11/07/opinion/1415357716_485519.html
No hay comentarios :
Publicar un comentario