Es evidente que la situación política en España ha pasado hace tiempo
de castaño ocuro y ello es en gran parte debido a la actitud -a la falta
de actitud, para ser exactos- del presidente del gobierno. Así, a
cuenta de uno de los últimos casos de corrupción cuya cabeza visible es
quien ocupó el cargo de secretario general del PP en Madrid y a la actitud de su
presidenta actual, la señora Aguirre, ha manifestado que "tiene que ser
justo y equilibrado". Nada que objetar a ese imperativo aristotélico, lo
malo es que casi con total seguridad ello se traducirá a efectos
prácticos en continuar aplicando su regla de oro: no hacer nada y
esperar que escampe.
La
señora Aguirre entretanto, indignadísima por haber sido engañada por
tantísimo corrupto, ha manifestado: “no voy a abandonar el barco cuando
parece que se hunde”. Estará esperando a oír entrar el agua.
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