El señor ministro de Hacienda ha venido últimamente
recordando a numerosos colectivos -actores y políticos, entre otros- la
obligación de pagar impuestos, como si la actuación de los inspectores
de su ministerio fuera graciable y no obligatoria en todos los casos
previstos por la ley.
Pues bien, le propongo un nuevo objetivo concreto. El señor Bárcenas,
ante la pegunta del fiscal respecto a si declaraba sus adquisiciones de
obras de arte en el impuesto sobre patrimonio ha manifestado que, la
realidad es que unas veces sí y otras no. Como es práctica habitual, por
otra parte. Que si realmente es práctica habitual, y el señor ministro
sólo dedica sus esfuerzos a colectividades, ya tiene otro filón por
explotar: el de los coleccionistas de arte.
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